También están reduciendo su nivel de inversión en relación al trimestre previo y con respecto a lo que preveían en ese momento. La Encuesta del Banco de España sobre la Actividad Empresarial (EBAE) sitúa la incertidumbre sobre la política económica como principal condicionante de esta peor evolución de las magnitudes empresariales, junto a otros factores como la falta de mano de obra -que asocian a mayores aumentos esperados en los costes laborales- y a las tensiones geopolíticas en el mar Rojo.
La encuesta del BdE evalúa cada tres meses la evolución de la actividad de las empresas en el trimestre en que se realiza y las perspectivas a corto plazo. Así, recopila información sobre la facturación, el empleo, la inversión empresarial y los precios pagados y cobrados por las sociedades que participan en ella. La muestra se llevó a cabo entre el 5 y el 19 de febrero en un total de 15.000 sociedades, de las que más del 30% son colaboradoras habituales de la Central de Balances. De todas las recibidas, la entidad ha considerado válidas 6.500.
Si bien se produce una estabilización en la incidencia que la incertidumbre sobre la política económica tiene sobre la actividad de las empresas -tras dos trimestres de fuerte repunte-, hay un 58% de compañías que dicen verse afectadas por ella, lo que la convierte en el principal factor condicionante de la actividad para el sector privado. La incidencia de este factor es bastante generalizada por ramas de actividad, siendo las de hostelería y agricultura las que señalan una mayor afectación (68% y 65%, respectivamente), en contraste con el menor porcentaje de compañías afectadas en los servicios de información y comunicación (46%).
De las empresas consultadas, un 28,8% aseguran que su facturación ha descendido en este período, cuatro puntos más que en el trimestre previo. Al mismo tiempo se ha reducido seis puntos el nivel de las que perciben un alza de sus ingresos hasta el 22,2%. En este último grupo se situarían las firmas de servicios de información y comunicaciones, que enlazan doce trimestres consecutivos al alza y que también han visto mejorar sus cifras de empleo.
En términos de empleo, las empresas encuestadas apuntan a un descenso por segundo trimestre consecutivo, sobre todo en el caso de transporte y hostelería. Sólo un 14,3% habría elevado las contrataciones (cuatro puntos menos que en el trimestre anterior), si bien sí que se percibe una mejora de las perspectivas y un incremento de la ocupación entre abril y junio.
Otra variable importante, sobre la que organismos nacionales e internacionales han mostrado su inquietud es la evolución de la inversión. En este caso, las empresas consultadas por el Banco de España apuntan a una evolución más negativa de esta variable en el primer trimestre, de forma que sólo un 15,1% de las sociedades han podido elevarlas, estos es, cinco puntos menos de las que lo hicieron entre octubre y diciembre del año pasado.
Las actividades donde la esta variable cojea más son aquellas que están condicionadas por unas perspectivas peores de beneficios, como las del sector primario y las del transporte; así como aquellas ramas con mayor incidencia de los problemas de acceso a la financiación externa, como la construcción.
En lo que respecta a los costes de producción y a su impacto en los precios de venta, las empresas observan un ligero aumento de las presiones inflacionistas en el primer trimestre del año. En concreto, casi un 62% han sufrido un incremento adicional de los precios de sus consumos intermedios, diez puntos más que a finales del pasado ejercicio. Si bien y en términos generales anticipan «un ligero alivio de las presiones de costes de cara al segundo trimestre».
Los costes de producción serán más elevados dentro de un año
Los precios de venta han subido, aunque menos de lo que calculaban hace tres meses. Son un 36,8% de las empresas consultadas las que declaran haberlos elevado, once puntos más que a cierre de 2023. En parte, este repunte podría explicarse por un efecto calendario, ya que, en muchas actividades, los ajustes de precios suelen concentrarse en los primeros meses del año. El aumento es más intenso en servicios de información y comunicación, transporte, así como en actividades administrativas y de ocio.
Casi un 70% de las sociedades encuestadas esperan que sus costes sean superiores a los actuales dentro de un año, en línea con la anterior edición de la EBAE. No obstante, esas expectativas se concentran en el sector industrial, mientras que en el sector servicios las empresas esperan una cierta moderación de los mismos. Finalmente, en el caso de los costes laborales, se aprecia un mantenimiento de las presiones alcistas a un año vista, tanto en la industria como en los servicios. Más del 74% de las empresas prevén que sus costes laborales se incrementen, tres punto más que en el trimestre previo.
Parte del aumento de costes responde también a otro factor del que el sector privado viene advirtiendo desde hace tiempo y que tiene que ver con las dificultades para cubrir sus vacantes. La encuesta del Banco de España constata que un 43,8% de las compañías, un punto más que el trimestre anterior, tienen dificultades para encontrar mano de obra. Este problema se concentra sobre todo en la hostelería, la agricultura y la construcción, donde más del 50% de las empresas declaran estar viéndose afectadas por el mismo.
En el regulador consideran que esta heterogeneidad sectorial es relevante a la hora de entender las diferencias en las expectativas de costes laborales a medio plazo, ya que «las ramas en que se aprecia una mayor incidencia de estos problemas de mano de obra tienden a coincidir con las que esperan mayores aumentos de sus costes laborales», explican.
Tras el repunte observado en el trimestre anterior, en el arranque de 2024 se observa una preocupación ligeramente menor por los problemas relacionados con el endurecimiento de la política monetaria que ha guiado la actuación del Banco Central Europeo (BCE) desde el verano de 2022. Así, un 19% de las empresas declaran un impacto negativo derivado de problemas de acceso a la financiación, tres puntos menos que hace tres meses, pero ocho más que antes del inicio del ciclo de subidas de tipos.