Además, refleja que la demanda de préstamos descendió, siendo la caída particularmente acusada en el caso de los créditos a familias para adquisición de vivienda.
En cuanto a los criterios de concesión, el organismo español señala que el endurecimiento en la financiación a empresas habría sido más moderado de lo que las entidades anticipaban hace tres meses, mientras que en el crédito a hogares habría sido algo más intenso.
«La disminución de la oferta de crédito respondería al aumento de los riesgos percibidos por las entidades financieras y a una menor tolerancia a los mismos, vinculada, fundamentalmente, al deterioro de las perspectivas macroeconómicas y de la solvencia de los prestatarios, así como al incremento de sus costes de financiación», explica.
En línea con esta evolución de la oferta, el porcentaje de solicitudes rechazadas aumentó en todas las modalidades. El endurecimiento de las condiciones aplicadas a los préstamos habría sido muy intenso, sobre todo el aumento del coste, lo que se traduciría en un cierto incremento de los márgenes, tanto en la financiación a empresas como en la concedida a hogares. Respecto a la demanda de préstamos, cayó tanto por parte de las empresas como de los hogares para compra de vivienda y para consumo y otros fines.
«Las entidades financieras ya anticiparon hace tres meses una evolución descendente de las solicitudes, aunque las previsiones eran menos pesimistas de lo que ahora han reflejado los resultados para el primer trimestre del año, salvo en el caso del crédito a hogares para consumo y otros fines, donde los resultados han coincidido con las expectativas negativas manifestadas entonces», refleja el documento.
El descenso de las peticiones de fondos por parte de las empresas se explicaría principalmente por el aumento de los costes de financiación y por las menores inversiones. En el caso de los hogares, influiría también la menor confianza de los consumidores. Sobre las expectativas de cara el segundo trimestre, el Banco de España menciona que las entidades financieras encuestadas esperan que se produzca, de nuevo, una reducción generalizada de la oferta, aunque más moderada que la del primer trimestre, y un descenso de la demanda de crédito, que sería también de menor intensidad que el registrado durante los tres primeros meses del año.