«Se encuentra evidencia de asimetrías en el ajuste de los precios al alza o a la baja realizado por los establecimientos: dada una misma brecha entre el precio vigente y una estimación del precio óptimo, el número de establecimientos con precio inferior al óptimo que lo aumentan supera al de establecimientos con precio superior al óptimo que lo bajan. Esta asimetría se ha vuelto más pronunciada durante el reciente período inflacionario», destaca el análisis del Banco de España.
El índice que mide la inflación de una economía recoge los cambios que se producen en los precios de los productos que componen la cesta de consumo representativa del hogar medio. El análisis de cómo se ajusta el precio de cada producto individual puede, por tanto, ayudar a entender la evolución de la inflación en cada momento.
En España, como en muchos otros países, la tasa interanual de inflación comenzó a mostrar un repunte en 2021, tras los moderados niveles de los años anteriores. Si a principios del año 2021 la tasa de aumento interanual del índice de precios de consumo (IPC) se situaba alrededor del 0%, en diciembre de ese mismo año dicha tasa ya había alcanzado el 6,5%, su valor más alto en décadas. Ya en 2022, la inflación siguió al alza y mantuvo valores alrededor del 10% durante el verano de ese año, momento a partir del cual emprendió una caída continuada hasta niveles más próximos a las medias históricas.
El análisis documenta el reciente período inflacionario mediante el análisis de los cambios de precio por producto entre enero de 2018 y diciembre de 2023, a partir de una muestra de microdatos del IPC cedidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE). En estos datos, cada registro corresponde a un producto específico, vendido en un establecimiento concreto, en una provincia y un mes determinados. Se han ujtilizado144 productos no energéticos, que representan un 64% del IPC y un 74% del IPC no energético.
Así se desprende del informe titulado ‘El repunte inflacionario en España entre 2021 y 2023: evidencia con microdatos’, publicado este martes por el Banco de España. Este análisis permite entender en qué medida el repunte inflacionario registrado en España entre 2021 y 2023 se debió a cambios en el número de establecimientos que ajustan precios, frente a cambios en el tamaño de los ajustes de precios.
Según las conclusiones del informe del Banco de España, la elevada inflación observada en 2021-2023 fue resultado de un aumento de la proporción de establecimientos que subieron los precios de sus productos, y no de un aumento del tamaño de cambios de precios.
Por sectores, fue en los alimentos, en especial en los elaborados, donde la frecuencia de subidas de precios aumentó con mayor intensidad. Ésta también se incrementó en el sector de bienes industriales no energéticos, pero de forma más moderada y más transitoria, ya que a partir del tercer trimestre de 2022 dicha frecuencia se situó cerca de los niveles previos al repunte de la inflación.
Los servicios también experimentaron un aumento de la frecuencia de subidas de precios, si bien en mucha menor medida que el resto de los sectores.