Supone una merma del 8%. La deriva en la que los jóvenes han entrado durante los últimos dos años contrasta con la situación presentada por el resto de los hogares, especialmente por la de aquellos cuyo cabeza de familia cuenta con entre 45 y 54 años. Acumulan una renta mediana de 36.800 euros anuales, 2.500 euros más que antes de la pandemia. En total, los ingresos de las familias crecieron en 300 euros desde 2020 -hasta los 32.400 euros- recuperando así el nivel previo a la gran crisis financiera desatada en 2008.
Las cifras, esconden una compleja realidad para los menores de 35 años. Su precariedad se agudiza en aquellos que trabajaban por cuenta propia, con un bajo nivel educativo, y sin una vivienda en propiedad. En estos casos, la renta ha llegado a registrar un descenso de hasta el 20%. Aunque sin duda, el dato que más ilustra la brecha generacional se encuentra en la riqueza neta acumulada. Según el análisis, el capital disponible de los hogares jóvenes se ha reducido en un 25% desde 2020, hasta los 20.000 euros. La pérdida se sitúa por encima del 55% si se compara con la riqueza que registraban en 2002. «En poco más de quince años, los jóvenes españoles han sufrido el impacto de dos crisis económicas, lo que ha afectado negativamente a su bienestar presente y a sus expectativas de futuro», afirman desde Funcas. El vuelco económico procurado por la pandemia, y por los primeros coletazos de la crisis de la inflación, arañaron 2.600 euros a la renta media de los menores de 35 años. Sus cuentas corrientes sumaron unos ingresos de 29.100 euros en 2022, por debajo de los 31.700 registrados dos años antes, según la Encuesta Financiera de las Familias publicada este martes por el Banco de España. Supone una merma del 8%. La deriva en la que los jóvenes han entrado durante los últimos dos años contrasta con la situación presentada por el resto de los hogares, especialmente por la de aquellos cuyo cabeza de familia cuenta con entre 45 y 54 años. Acumulan una renta mediana de 36.800 euros anuales, 2.500 euros más que antes de la pandemia. En total, los ingresos de las familias crecieron en 300 euros desde 2020 -hasta los 32.400 euros- recuperando así el nivel previo a la gran crisis financiera desatada en 2008.
Las cifras, esconden una compleja realidad para los menores de 35 años. Su precariedad se agudiza en aquellos que trabajaban por cuenta propia, con un bajo nivel educativo, y sin una vivienda en propiedad. En estos casos, la renta ha llegado a registrar un descenso de hasta el 20%. Aunque sin duda, el dato que más ilustra la brecha generacional se encuentra en la riqueza neta acumulada. Según el análisis, el capital disponible de los hogares jóvenes se ha reducido en un 25% desde 2020, hasta los 20.000 euros. La pérdida se sitúa por encima del 55% si se compara con la riqueza que registraban en 2002.
El peso de la deuda sobre los activos de las familias ha caído en casi dos puntos, como consecuencia de la pérdida de capacidad de acceso a créditos hipotecarios, especialmente, entre los jóvenes. «Se está observando que los hogares jóvenes y aquellos con la renta más baja, no tienen capacidad de acceder al mercado de vivienda, no pueden endeudarse», explica Gavilán, director de Economía del BdE.
El análisis muestra además la pérdida de capacidad financiera entre los jóvenes con el paso de las generaciones. Aquellos nacidos en 1988 cuenta con más de un 55% de probabilidades de seguir viviendo con sus padres a la edad de 32 años. «El 65,9% de los jóvenes españoles entre 18 y 34 años residían en el hogar familiar en 2022, 13 puntos más que en 2008», apunta el informe. En contraste, aquellos nacidos tan solo tres años antes -en 1985- apenas llegan al 38%. Es más, según la encuesta, los hogares nacidos entre 1986 y 1988 no contaban con riqueza alguna al cumplir la treintena. A esa misma edad, la generación anterior -nacida entre 1980 y 1982- contaba con un capital estimado de 50.000 euros.
No obstante, el análisis de la institución no detalla la influencia que las medidas anticrisis levantadas por el Gobierno han tenido sobre el estrechamiento de la brecha entre las rentas y la riqueza. Cabe recordar que el Ejecutivo levantó en 2022 un escudo social a través del cual incrementó el Salario mínimo Interprofesional, la revalorización de las pensiones e implantó otras acciones para aminorar el impacto que el alza de los precios procuró sobre los hogares más vulnerables. A ello, habría que añadir las políticas de protección aprobadas a raíz del estallido de la pandemia.
Lo que si incluye la encuesta es un detalle de la evolución de la riqueza entre los diferentes segmentos de la población. Se aprecia un alza de aquellos con más de 65 años, que podría responder al aumento de las pensiones. En detalle, crece especialmente el capital que acumulan aquellos hogares cuyo cabeza de familias supera los 75 años. En el resto de las franjas de edad -excepto los menores de 35 años- la riqueza se mantiene estable con respecto a 2020. Aun así, España se mantiene muy alejada de los niveles de desigualdad alcanzado en 2011, cuando la diferencia entre la riqueza de los percentiles más altos y más bajos se situaba en una ratio inferior a los 10 puntos.