Se acerca de nuevo al 3,42% que llegó a marcar el junio, coincidiendo con el primer recorte del precio del dinero ejecutado por parte del Banco Central Europeo (BCE). En comparativa interanual, la tasa se contrae algo más de una décima desde el 3,56%, que se traduce en 1.627 millones de saldo dudoso menos, hasta los 40.454 millones. El freno del euríbor ha contribuido a esta tendencia y da un respiro a los hipotecados. Cabe recordar que el índice de referencia del mercado hipotecario en España cerró el noveno mes del año por debajo del 3%, algo que no sucedía desde finales de 2022.
El organismo diferencia entre la morosidad agregada de bancos, cajas y cooperativas de la de financieras de consumo. En este sentido, en el primer caso ha finalizado septiembre en el 3,32% y desciende en la misma proporción que la general si bien el montante se eleva levemente en 19 millones y alcanza los 37.420 millones. Con respecto a hace un año, cae una décima. De forma paralela, en el caso de consumo, la tasa experimenta un retroceso superior a dos décimas hasta el 2,48%, aunque el montante de impagados solo bajara en dos millones mensuales.
La subida en vertical del coste de la financiación hace ya más de dos años puso en alerta al sector bancario ante un posible repunte de la morosidad, que finalmente, no se ha producido. Las medidas impulsadas por el Gobierno para ayudar a los hipotecados en apuros también han contribuido a contener dicha tasa, que registró su pico el pasado febrero, hasta el 3,62%. Este comportamiento se registra en pleno repunte de la concesión de préstamos, que viene remontando a doble dígito a lo largo del ejercicio.
De hecho, la demanda de préstamos hipotecarios viene de experimentar su mejor mes de septiembre desde 2009 con la concesión de 4.885 millones en financiación para vivienda. En el mismo mes de hace quince años se otorgaron créditos de este tipo por valor de 5.235 millones. La diferencia con aquel entonces radica en que el estallido de la burbuja inmobiliaria ya había empezado a golpear a la economía y el coste de financiación rondaba la barrera del 1%, mientras que al término del tercer trimestre se movía en el 3,5%, un 0,25% superior sobre el que oscila en el momento actual.