Al finalizar agosto, las familias atesoraban en las entidades un total de 1,018 billones de euros en depósitos, que incluye tanto las cuentas a la vista como el ahorro a largo plazo. La cifra se encuentra por debajo de los 1,031 billones contabilizados en junio, que coincide con la ‘paga doble’, siendo julio cuando se produjeron la mayor parte de las salidas, hasta el récord de 13.800 millones. Si bien en el octavo mes del año remonta ligeramente tras incrementarse el saldo en 1.300 millones, en el conjunto de estos meses el balance es negativo.
En comparativa interanual, los depósitos de clientes se han incrementado en más de 36.700 millones, ya que en agosto de 2023 cerraron sobre los 982.000 millones. No fue hasta diciembre de ese ejercicio cuando rebasó de nuevo la cifra del billón de euros tras alcanzarla por primera vez en su historia en enero del año pasado. A lo largo de este 2024 el umbral se ha mantenido con vaivenes.
Cabe destacar que la banca ha pegado un ‘sprint’ en los últimos meses en lo que a remuneración del pasivo se refiere y en julio (última cifra disponible) ya ofrecía un interés medio que rondaba el 2,6%, máximos desde finales de 2012, mejora que ha sorprendido dada la bajada del precio del dinero llevada a cabo por el Banco Central Europeo (BCE).
La pandemia de Covid-19 disparó el volumen de ahorro de los hogares, tanto por las restricciones sanitarias como por la mayor prudencia de las familias ante la incertidumbre. Sin embargo, ante la escalada de la inflación y la crisis energética han optado por echar mano del ‘colchón’ de liquidez. De hecho, el consumo se ha convertido en uno de los pilares del crecimiento económico, tal y como evidencian los datos de PIB correspondientes al segundo trimestre.
Según ha publicado el Instituto Nacional de Estadística (INE), la economía española creció entre abril y junio un 0,8% con respecto al trimestre precedente, impulsada por la inversión y el gasto, que se han comportado mejor de lo esperado, especialmente, en el caso de las familias, que se acelera tres décimas y sitúa el incremento en el 2,5%. De forma paralela, los depósitos a empresas se elevan en casi 7.000 millones, contabilizando 327.400 millones en el octavo mes del año. Si se compara con hace doce meses el alza es del 8,1%. Los bancos se han esforzado por mimar más el ahorro de este segmento que el de los particulares. Prueba de ello es que reciben una rentabilidad muy superior por su dinero, con intereses que rozaban el 3,2% en julio, frente al citado 2,64% de la media para minoristas.