Así lo considera el responsable de la firma para Iberia, Javier García-Díaz, quien prevé que la tasa de referencia en la eurozona puede escalar al 4,75% fruto de una inflación «que aún no está controlada». De confirmarse, esto supone que el organismo con sede en Fráncfort debe ejecutar tres aumentos adicionales de 25 puntos básicos cada uno -el escenario más probable- o uno de 50 y otro de 25 puntos desde el 4% al que se incrementaron el pasado junio. Al otro lado del Atlántico también esperan que la Reserva Federal retome los aumentos después del freno del pasado mes hasta llegar al 5,75% frente al rango del 5-5,25%.
El objetivo, según Díaz, es llevar los tipos a un terreno lo suficientemente restrictivo hasta entrar en recesión, que posiblemente «será más aguda» en la zona de la moneda única que en Estados Unidos. La diferencia con 2008 es que «los bancos centrales no van a salir al rescate porque ellos mismos han generado este problema». «Esta situación presionará sobre los activos de riesgo, pero ofrecerá buenas oportunidades en otras partes del mercado», ha remarcado durante la presentación de la estrategia semestral de BlackRock.
El experto aconseja en este nuevo entorno revisar la cartera 60/40 (60% de renta variable y 40% de bonos), porque «ya no va a funcionar». «Hay que ser más creativos y comenzar a incorporar activos procedentes de los mercados privados» como capital riesgo o inversión en infraestructuras. A este respecto, prevé que los clientes de banca privada pueden crecer de forma considerable en esta categoría de activos, así como los inversores institucionales.
La cuestión de fondo sobre este problema radica en la incapacidad de los bancos centrales para controlar los precios, especialmente la tasa subyacente -que excluye los precios energéticos y los alimentos frescos-. Al cierre de junio, Europa registra una inflación general del 5,5% mientras que la subyacente es del 5,4% y en Estados Unidos, que se publicará este miércoles, el mercado confía en que se haya relajado desde el 4% al 3,1%.
En este sentido, Díaz cita varios factores que denomina «macrofuerzas», que son los impiden que el IPC registre crecimientos por debajo del 2%. Se trata del auge de la inteligencia artificial, la desglobalización y la vuelta a la relocalización en la producción de determinados productos, sobre todo, de índole tecnológica, la transición energética o el envejecimiento de la población, entre otros. Todo ello va a dar lugar a un «nuevo régimen» en el que se deja atrás el periodo de crecimiento constante y baja inflación que obliga a ser más tácticos y selectivos en aras de pivotar hacia «nuevas oportunidades». Díaz comenta que BlackRock está ligeramente infraponderado en bolsa en las economías desarrolladas, mientras sobrepondera la renta variable de regiones emergentes como China, en el que si bien la reapertura ha perdido fuelle, «sus niveles de IPC son tan bajos que aún tiene margen para actuar».
De igual forma, también priorizan las empresas de calidad con balances saneados y flujos de cada sostenibles, al tiempo que apuestan por renta fija en deuda emergente en moneda local, emisiones en tramos cortos en Estados Unidos, mientras se mantienen neutrales en Europa.