Además de la energética española y otras firmas de ese mismo sector, destacan las infraestructuras de telecomunicaciones y obras civiles en el portfolio del fondo. La gestora con sede en Nueva York se ha hecho con el 100% de GIP mediante un acuerdo en el que abonará 3.000 millones de dólares en efectivo y, el resto, mediante 12 millones de acciones (a último cierre, 792,6 dólares el título o 9.500 millones en total). El fondo de infraestructuras es uno de los inversores de Naturgy desde 2016, además de contar con varios gasoductos y firmas de renovables, telecomunicaciones, puertos y aeropuertos, como el de Gatwick en Londres.
En lo que concierne a la energética española, hasta ahora, GIP era su tercer accionista, con el 20,6% del capital, solo por detrás de Criteria Caixa (26,7%) y CVC Capital Partners (20,7%). Con la transacción, hay que añadir la participación de BlackRock en la energética española, del 0,92%, lo que eleva su posición al 21,5%, solo superado por el holding del banco español. Será la gestora de Fink la que ocupe este segundo puesto al hacerse con el 100% de la de infraestructuras.
La llegada de BlackRock no debería suponer grandes cambios en la empresa española. GIP tiene como fecha límite 2027 para desinvertir en Naturgy, salvo que Fink quiera venderla antes o moverla a otro fondo, lo que modificaría los plazos. En todo caso, no altera los planes de escisión de la española, el Proyecto Géminis, que plantea su división en dos negocios. Pero hay más vínculos entre BlackRock y Naturgy. Ambas conforman la sociedad conjunta Medina Partnership, que tiene el 49% de Medgaz, el gasoducto que conecta África con España y la principal puerta de entrada de dicho combustible a nuestro país.
Además de Naturgy, GIP cuenta con en torno a 40 compañías en su portfolio y sus activos bajo gestión ascienden a los 100.000 millones de dólares. Con la cartera en infraestructuras que ya tiene BlackRock sumarán 150.000 millones en activos bajo gestión en esta área, una cifra muy pequeña en relación al tamaño de la compradora, pero que triplica su expoción en insfraestructuras hasta la fecha. BlackRock adquiere GIP porque las infraestructuras serán una de las áreas dentro de los mercados privados que más crezca en los próximos años. Menciona la mayor demanda de fibra óptica, torres de telecomunicaciones, centros de datos o naves logísticas y la necesidad de reforzar las cadenas de suministros ganando exposición a obras civiles como carreteras, puertos o aeopuertos. Además, la gestora explica que el sector privado tendrá que financiar estas construcciones debido a los elevados déficits gubernamentales.