«Sigue habiendo mucha incertidumbre en torno a la actividad económica y los precios, incluida la evolución de la actividad económica y los precios en el exterior, la evolución de los precios de las materias primas y la conducta de las empresas nacionales en materia de fijación de salarios y precios». «En estas circunstancias», ha añadido en su comunicado, «es necesario prestar la debida atención a la evolución de los mercados financieros y cambiarios y a su impacto en la actividad económica y los precios del Japón. En particular, como recientemente las empresas han ido adoptando una actitud más orientada a aumentar los salarios y los precios, es más probable que la evolución del tipo de cambio afecte a los precios que en el pasado». En lo que respecta a la evolución de la economía nipona, el BoJ ha indicado que «se ha recuperado moderadamente, aunque en parte se ha visto cierta debilidad. Las economías extranjeras han crecido moderadamente en general. Las exportaciones y la producción industrial han sido más o menos estables. Con la mejora de las ganancias corporativas, la inversión fija de las empresas ha seguido una tendencia moderada al alza. La situación del empleo y los ingresos ha mejorado moderadamente».
Además, ha señalado que «el consumo privado ha seguido una tendencia moderada al alza a pesar del impacto de las subidas de precios y otros factores. La inversión en vivienda ha sido relativamente débil. La inversión pública ha sido más o menos estable. Las condiciones financieras han sido acomodaticias».
En cuanto a los precios, ha destacado que «la tasa interanual de aumento del índice de precios al consumidor (IPC, todos los artículos menos los alimentos frescos) ha oscilado recientemente entre el 2,5 y el 3,0%, ya que los precios de los servicios han seguido aumentando moderadamente, lo que refleja factores como los aumentos salariales, aunque los efectos de una transmisión a los precios al consumidor de los aumentos de los costes provocados por el aumento anterior de los precios de importación han disminuido. Las expectativas de inflación han aumentado moderadamente».
En este escenario, el BoJ ha considerado «probable que la economía de Japón siga creciendo a un ritmo superior a su tasa de crecimiento potencial, con las economías extranjeras creciendo moderadamente y a medida que se intensifica gradualmente un círculo virtuoso entre los ingresos y el gasto en el contexto de factores como las condiciones financieras acomodaticias». Y aunque «si bien se espera que disminuyan los efectos de la transmisión a los precios al consumidor de los aumentos de costes provocados por el aumento anterior de los precios de importación, se proyecta que la tasa interanual de aumento del IPC (todos los artículos menos los alimentos frescos) aumentará hasta el año fiscal 2025 debido a factores como la disipación de los efectos de las medidas del gobierno que presionan a la baja la inflación del IPC».
Sobre la inflación subyacente, espera que «aumente gradualmente, ya que se proyecta que la brecha de producción mejorará y que las expectativas de inflación a medio y largo plazo aumentarán, con un círculo virtuoso entre salarios y precios que continúa intensificándose». En la segunda mitad del año fiscal 2025, el BoJ prevé «que la inflación subyacente del IPC aumente gradualmente, ya que se proyecta que la brecha de producción mejorará y que las expectativas de inflación a medio y largo plazo aumentarán con un círculo virtuoso entre salarios y precios que continúa intensificándose».