Esta autorización de Bruselas era uno de los escollos relevantes para el cierre de la operación -el otro era la ‘luz verde’ del Gobierno español, por lo que se espera que se formalice completamente en la parte final de este ejercicio-. Fue comunicada en el mes de junio y ha sido analizada en el procedimiento acelerado de la Comisión, como queda reflejado en la notificación enviada a las partes a mediados del mes de julio. Decide finalmente no oponerse. Analiza a los tres fondos independientes y no hace mención a Onivia que es, a la postre, quien controlará y que cuenta con una cuota de mercado no menor como operador mayorista neutro pero muy lejos de los grandes operadores de telecomunicaciones.
La transacción implicaba hasta 6 millones de unidades inmobiliarias, en doce provincias españolas en Madrid, Castilla la Mancha, Castilla y León, Comunidad Valenciana y Murcia. No todas están completamente desplegadas en esas zonas de alta densidad de las ciudades. De ellas, 4,25 millones han sido ya pasados mientras que las otras 1,75 millones deberán ser construidos en los próximos tres años. Esta inversión será por tanto ejecutada por el nuevo dueño de la infraestructura con el que suscribe un acuerdo de ‘leasing’ a largo plazo de 25 años que le permitirá utilizar los activos mientras lo vaya necesitando.
Esta operación desbloqueará 750 millones de euros para Digi. El dinero tendrá varios destinos, según explicó al mercado en su momento el consejero delegado del grupo. Primero para repagar uno de los bonos de 450 millones de euros que tienen vencimiento en 2025. Y después para contar con recursos para seguir creciendo y desplegando su propia red móvil -ha adquirido un espectro radioeléctrico como concesión a la fusión de Orange y Másmóvil que implica una serie de obligaciones de inversiones en la infraestructura-. “Aliviará la presión en el Capex”, aseguraba el CEO.
Para Onivia será todo un espaldarazo y un puñetazo en la mesa en este ‘Juego de Tronos’ en el que se ha convertido el mercado de la fibra español. Se consolida como el mayor operador mayorista neutro de toda España. Hasta antes de esta transacción, según estimaciones de fuentes del sector, contaba con algo más de 4 millones de unidades inmobiliarias. Esto permitirá más que duplicar su planta alejándose de Adamo. Por encima se sitúan Telefónica con más de 25 millones y Orange con casi 16 millones.