Como explica, «la evolución positiva del gasto de consumo se sustentará en una creación dinámica de empleo y en un aumento de los ingresos reales de los hogares. En el ámbito externo, el dinamismo de la actividad turística y la exportación de servicios no turísticos apuntalarán la contribución positiva de las exportaciones netas al crecimiento del PIB en 2024».
De cara a 2025 y 2026, «aunque seguirá siendo vigorosa durante el horizonte de previsión», espera que la actividad económica se desacelere al 2,3% y al 2,1%, respectivamente.
En estos años, la Comisión Europea cree que la demanda interna representará el principal motor de la expansión económica, sostenida por el crecimiento del consumo y por el repunte generalizado previsto de la inversión. «Esto se atribuiría a una aplicación más sólida del Plan de Recuperación y Resiliencia (PRR), a la sana posición financiera de las sociedades no financieras y a una mayor flexibilización de las condiciones de financiación», señala.
Entre los riesgos a la baja para las perspectivas, Bruselas apunta a un crecimiento menor de lo previsto de los principales socios comerciales de España, «que podría afectar negativamente al dinamismo de la actividad, en particular del turismo». Por el contrario, una disminución más rápida de la elevada tasa de ahorro de los hogares hacia su media de largo plazo podría proporcionar un impulso adicional al consumo. Al mismo tiempo, la persistente aversión al riesgo por parte del sector privado podría contribuir a frenar la inversión durante el horizonte de previsión.
En cuanto a la evolución de los precios, vaticina que continuarán disminuyendo. Así, calcula que la inflación anual disminuirá al 2,8% en 2024, «impulsada por la continua desaceleración de la inflación de los precios de la energía y los alimentos».
Además, prevé que la inflación general se desacelere en 2025 y alcance el 2,2% y que la tendencia a la baja de los componentes subyacentes continúe en los próximos trimestres, antes de disminuir aún más hasta el 2% en 2026. Por otro lado, respecto al mercado laboral, la Comisión Europea considera que el crecimiento del empleo se expandirá un 2,3% en 2024, «respaldado principalmente por la continuidad de los fuertes flujos migratorios». Proyecta que la tasa de desempleo caerá de manera constante, alcanzando el 10,7% en 2026, frente al 11,5% en 2024.
También proyecta que el crecimiento de los salarios nominales supere la tasa de inflación en 2024 y que las ganancias de los ingresos reales se moderen en 2025 y 2026.
Tras alcanzar el 3,5% del PIB en 2023, Bruselas estima que el déficit de las administraciones públicas seguirá disminuyendo en 2024, hasta el 3%, «a medida que se vayan eliminando progresivamente la mayoría de las medidas para mitigar el impacto económico y social de los elevados precios de la energía».
«Se espera que la ratio ingresos/PIB aumente, en parte debido a la retirada de las reducciones del IVA y del impuesto especial sobre la electricidad, así como a la eliminación de la exención del impuesto sobre el valor de la electricidad. La eliminación progresiva de la bonificación a los carburantes genera algunos ahorros en el lado del gasto. Los riesgos que rodean a las proyecciones están relacionados con el alcance del gasto financiado a nivel nacional necesario para hacer frente al impacto de las recientes inundaciones en la Comunidad Valenciana», destaca.
De esta manera, si no se modifican las políticas, prevé que el déficit público siga disminuyendo en 2025, hasta el 2,6% del PIB, «a pesar de un gasto en intereses algo mayor». «Esta disminución se debe al crecimiento más lento del gasto primario financiado a nivel nacional y a la evolución positiva de los ingresos fiscales, en particular los procedentes de los impuestos directos, impulsados por un fuerte crecimiento del PIB nominal». En 2026, prevé que el déficit aumente ligeramente hasta el 2,7% del PIB, ya que se espera que expiren los gravámenes a los bancos y a las empresas energéticas.
Mientras, calcula que la ratio deuda/PIB siga reduciéndose en 2024 hasta el 102,3%, «gracias a un fuerte crecimiento del PIB nominal superior al coste del servicio de la deuda». Se prevé que la ratio siga disminuyendo de forma más gradual en 2025-2026, hasta situarse en el entorno del 101,1%, «debido al diferencial menos favorable entre tipos de interés y crecimiento».
La Comisión Europea también ha actualizado sus proyecciones para la eurozona, aunque, en este caso mantiene la previsión de crecimiento del PIB real en el 0,8% en 2024. Además, cree que seguirá una dinámica similar, con un avance del 1,3% en 2025 y del 1,6% en 2026.
Para la inflación, calculan que se reducirá a más de la mitad en 2024: del 5,4% en 2023 al 2,4%. Antes de disminuir más gradualmente al 2,1% en 2025 y al 1,9% en 2026.