Según las previsiones de primavera que ha publicado el Ejecutivo comunitario, el crecimiento económico de la economía española fue robusto en 2024 debido al fuerte consumo y a las contribuciones positivas de la demanda externa, lo que permitió un alza del PIB del 3,2%. Esta expansión económica continuó en el primer trimestre del año hasta el 0,6%, pero ira desacelerándose progresivamente.
Según los técnicos comunitarios, la demanda interna seguirá siendo el principal motor del crecimiento debido al consumo privado y al repunte previsto de la inversión, pero se avecinan nubes en el horizonte debido a las tensiones comerciales que lastrarán las exportaciones. Por otra parte, “el gasto de consumo se vería respaldado por un aumento adicional, aunque moderado, de los salarios reales, junto con un mayor crecimiento del empleo en un contexto de inmigración sostenida pero en desaceleración”. Además, “la incertidumbre política en torno al comercio mundial y los aranceles lastrará el crecimiento de la inversión privada, incluso si la exposición directa de la economía española a EE UU en términos de exportaciones de bienes y servicios no turísticos sigue siendo limitada en general”.
Los riesgos a la baja que pueden poner en entredicho estas previsiones son la situación global de la zona euro, con una ralentización más severa de lo esperado; y las turbulencias derivadas de la guerra arancelaria debido a la exposición a Estados Unidos de los tradicionales socios comerciales de España.
Por otra parte, el paro seguirá cayendo desde el 11,4% de 2024 hasta menos del 10%. La bestia negra de estos años, la inflación, se moderará hasta el 2,3% en 2025 ( muy cerca del objetivo del 2% del Banco Central Europeo) para seguir reduciéndose hasta el 1,9% en 2026.
En cuanto al déficit público, seguirá bajando hasta el 2,8% este año, por debajo de los límites marcados por Pacto de Estabilidad y Crecimiento, y el 2,5% en 2026. Esta reducción del déficit público se debe a que “los ingresos crecieron un 8,4%, impulsados por el dinamismo de la imposición directa, incluyendo un aumento del 11,5% en los ingresos por el impuesto de sociedades, reflejo de los sólidos beneficios empresariales”.
En cuanto al gasto, “el impacto de las medidas excepcionales de emergencia relacionadas con las inundaciones en la Comunidad Valenciana añadió aproximadamente un 0,4% del PIB al déficit de las administraciones públicas”. Los técnicos comunitarios creen que durante este 2025 “se prevé que el déficit siga disminuyendo, impulsado por la eliminación gradual de las medidas relacionadas con la energía y por el menor impacto de las medidas excepcionales relacionadas con las inundaciones, compensado en parte por un aumento de los pagos de intereses y los gastos de defensa”. Los ingresos también seguirán aumentando debido a “las nuevas medidas fiscales aprobadas en diciembre de 2024, incluyendo modificaciones del impuesto de sociedades, impuestos adicionales sobre los cigarrillos electrónicos y otros productos relacionados con el tabaco, y un aumento del tipo impositivo sobre las rentas personales procedentes de activos financieros».