La decisión se reafirmó luego de que la reunión celebrada este jueves en Bruselas entre el vicepresidente económico de la Comisión, Valdis Dombrovskis, y el ministro de Comercio chino, Wang Wentao, concluyera sin éxito. El encuentro tenía como objetivo resolver la creciente tensión entre ambas regiones, sin lograr avances significativos. «Las dos partes acordamos intensificar los esfuerzos para encontrar una solución efectiva, aplicable y compatible con la OMC (Organización Mundial del Comercio) en el caso de los coches eléctricos», ha dicho Dombrovskis en un breve comunicado difundido en redes sociales. El negociador comunitario ha dejado claro en su declaración que la voluntad de alcanzar un acuerdo se produce «sin perjuicio de la investigación de la Unión Europea y sus plazos».
Bruselas aplica desde principios de julio pasado tarifas de hasta el 38,1% al automóvil de batería eléctrica importado desde China, una medida de defensa comercial que es provisional, pero que puede convertirse en definitiva si no se forma una mayoría suficiente en contra de países de la Unión Europea que la bloqueen en una próxima votación. El gravamen, que se suma al 10% que la UE ya aplica a las importaciones de vehículos, será permanente salvo que una mayoría cualificada de Estados miembro (15 países que sumen como mínimo al 65% de la población total de la UE) vote en contra en una reunión técnica que debía celebrarse la próxima semana pero que, fuentes europeas sitúan más adelante, en torno al 30 de septiembre.