«Los Estados miembros con niveles de deuda alta como Bélgica, Grecia, España, Francia e Italia, que según el último de la Comisión (11 países) están clasificados como de alto riesgo a medio plazo, deberían aprovechar la oportunidad para hacer un esfuerzo adicional para reducir sus déficits presupuestarios», apunta en su análisis el homólogo de la AIReF a nivel europeo.
Además, preguntado por la decisión de la Comisión Europea de no incluir a España entre los países en procedimiento por déficit excesivo el pasado junio (un proceso en el que sí ha incluido a Bélgica, Francia, Italia, Malta, Polonia y Eslovaquia), los miembros del organismo han puntualizado que para que un país se libre del expediente tal desviación no solo debe ser «temporal» sino «pequeña», una condición esta última que no se cumplía en el caso de España. Aunque será en el informe que la autoridad fiscal publique en octubre cuando se analizará esta decisión.
El organismo apunta en su análisis que resultaría apropiada una «considerable restricción fiscal en 2025», un año en el que recuerda que las instituciones comunitarias esperan que la eurozona opere con «capacidad máxima», con el mercado laboral en mínimos históricos y la inflación ligeramente por el objetivo del 2% que se había fijado el Banco Central Europeo.
Pese a que las proyecciones apuntan a un alza del crecimiento, las finanzas públicas apenas sufrirán variación alguna, dice el informe. Si no se produce un cambio de políticas, los déficits presupuestarios no mejorarán significativamente en 2025. «Si no se modifican las políticas, el apoyo fiscal discrecional seguirá siendo sustancial», analiza el organismo comunitario.
«Las estimaciones actuales indican un impulso fiscal contractivo de sólo el 0,1% del PIB en 2025, lo que dejaría el déficit presupuestario primario estructural en el 0,8% del PIB», ha indicado el organismo comunitario. Un nivel de apoyo como el actual es, a su juicio, «excesivo» dadas las condiciones económicas. Para una mejora significativa de la posición fiscal «los proyectos de planes presupuestarios para 2025 tendrán que incluir nuevas medidas», recomienda la autoridad fiscal europea.
La autoridad fiscal europea apunta que la actividad económica se acelerará en 2025 en la zona euro. «El consumo privado será el principal catalizador de la actividad económica», dicen los expertos europeos, a medida que la inflación desciende y los salarios se recuperan. «Los ingresos reales crecerán más rápido en los próximos años, estimulando el consumo en los hogares», sugiere el informe.
El organismo ha afeado, además, que Bruselas no publicara el pasado junio las trayectorias específicas para los países que superan niveles de deuda y de déficit que fijan las reglas fiscales, algo que considera crea incertidumbre fiscal. Las trayectorias de referencia sólo se harán públicas después de que los gobiernos nacionales aprueben sus planes estructurales fiscales a medio plazo. Por lo tanto, la evaluación de la Junta Fiscal Europea «no puede concluir si la orientación de la UE para un Estado miembro es adecuada para la zona euro en conjunto».
El organismo apunta que «retrasar las orientaciones sobre como terminarán los procedimientos por déficit excesivo añade incertidumbre a la política fiscal en 2025». Las orientaciones sobre lo que deben hacer los países para corregir sus desequilibrios fiscales se darán a finales de otoño, cuando los procesos presupuestarios nacionales ya estén en una etapa avanzada. «Se trata de un precedente que crea incertidumbre sobre la política fiscal para 2025», advierte el organismo.