Al tiempo trabaja en un frente alternativo para responder de forma «simétrica» con una nueva ronda de gravámenes en caso de que las conversaciones con la Casa Blanca no llegue a buen puerto que, calcula, afectará a 95.000 millones de euros en importaciones desde el otro lado del Atlántico. La lista incluye bienes como vehículos, baterías para vehículos eléctricos o motocicletas, aviones, olivas o radares y navegadores.
Sin embargo, la decisión todavía no está tomada. La Comisión Europea ha lanzado este jueves una consulta a las partes interesadas con un amplio listado de productos importados de Estados Unidos que podrían verse sometidos a una nueva ronda de aranceles. Se sumaría a la lista de gravámenes, actualmente en suspenso por 90 días, que aprobó la UE en abril y que afecta a productos como las motos Harley Davidson o los pantalones Levi’s.
Concretamente, el nuevo listado planteado por Bruselas afectaría a exportaciones estadounidenses por valor de 95.000 millones de euros. Incluye 6.400 millones de euros en bienes del sector agroalimentario, como aceite de oliva, alimentos procesados, frutos secos, batata o ciertos vegetales. Se suman medio millón en productos pesqueros.
Además, afectaría a bebidas alcohólicas, vinos y licores, incluido el burbon que se descartó de la primera lista de gravámenes de la UE y el whiskey. Todo ello por valor de 1.300 millones de euros. Se suman otros 10.500 millones de euros en productos del sector aeronáutico como aviones, que afectarían a Boeing, y 10.300 millones del sector del automóvil, incluidas partes de vehículos y motocicletas y 200 millones en baterías de vehículos eléctricos.
La relación de nuevos productos afectados por gravámenes incluye también 10.900 millones en químicos y plásticos, 7.200 en equipos eléctricos, 12.000 millones en maquinaria, como válvulas y maquinaria para trabajar la piedra y los metales o productos del sector sanitario por valor de 10.000 millones de euros. En este último punto, cabe resaltar que no se trata de productos que afecten al sector farmacéutico, ya que no se incluyen en rondas previas de aranceles de Washington. La cifra exacta, es decir, la tasa arancelaria que se aplicará a este tipo de importaciones está por decidir. La previsión es que no será aprobada hasta julio y la cuantía finalmente afectada por los gravámenes podría verse reducida considerablemente. Bruselas lanza esta consulta, primero, a la industria y los Estados miembro para evaluar el impacto de aprobar esta relación de bienes.
Se sumaría al procedimiento que la Comisión Europea ha abierto este jueves ante la Organización Mundial del Comercio (OMC). Es el primer paso del procedimiento, por tanto, se tramita en forma de consulta y no de denuncia. Este proceso irá en paralelo a la negociación que el Ejecutivo comunitario mantiene con la Casa Blanca en aras de poder relajar la escalada de tensiones comerciales.
La nueva propuesta de gravámenes de la UE llega en un intento por equilibrar la balanza en la relación comercial con el Ejecutivo de Donald Trump. Bruselas ya no habla de represalias sino de simetría, pese que el 70% de sus exportaciones al mercado estadounidenses estén sometidas a los nuevos gravámenes del republicano. Y para alcanzar tal simetría debe responder a los aranceles del 25% al acero y al aluminio, que afecta a exportaciones europeas por valor de 26.000 millones de euros al año. A ello se suma un arancel del 25% para los vehículos, que impacta en 66.700 millones de exportaciones comunitarias al mercado norteamericano y las que el republicano ha dado en llamar «tarifas reciprocas», una tasa del 10% a 286.000 millones de euros en importaciones al mercado estadounidense desde la UE.
A principios de abril, la UE aprobó su primera ronda de aranceles contra Washington. Era en respuesta a los gravámenes del 25% al acero y aluminio. Una medida que afectará a 26.000 millones de euros en importaciones estadounidenses como productos cárnicos, maíz, calzado plásticos, electrodomésticos, madera o pescado. Pero de la que finalmente se excluyó el bourbon y los lácteos. Bruselas ofreció también a Washington aplicar gravámenes cero a las importaciones de productos industriales, una medida que se aplicaría al sector del automóvil. En un esfuerzo por continuar limando asperezas con el Ejecutivo de Donald Trump, respondió de forma recíproca a la tregua de 90 días que Washington planteó para la aplicación de los aranceles.
Al tiempo, Bruselas diversifica su relación con los nuevos socios comerciales en otros puntos del globo. El acuerdo Mercosur o con Australia son ejemplos de los esfuerzos de la UE por diversificar la que es la mayor relación comercial del mundo. Además, trabaja en profundizar en el mercado interior, con la propuesta presentada en marzo por el Ejecutivo comunitario para profundizar en la Unión de Ahorro e Inversiones (el nuevo nombre para la unión de mercados de capitales).