Bolaños reclamaba que la reunión fuera este mismo viernes en Madrid o la semana que viene en Bruselas, pero el Ejecutivo comunitario tiene serias dudas de que el encuentro vaya a ser positivo y la vicepresidenta Jourová no está dispuesta a verse implicada en el cruce de acusaciones habitual entre unos y otros, como ya le ocurrió al comisario Reynders. Mientras no haya algo firme, no habrá mediación.
El gabinete de Jourová ha reclamado tanto al PP como al PSOE que presenten unas propuestas firmes que se puedan debatir, para que la mediación sirva de algo y no se convierta en una mera herramienta política para aparentar que se está trabajando para llegar a un acuerdo.
Fuentes de la Comisión señalan que es necesario «discutir sobre la propuesta de ambas partes», ya que las reuniones anteriores no llevaron «a ninguna parte». No rechazan juntarse de nuevo, pero solo si tiene «algún tipo de sentido».
De manera oficial, el portavoz de Justicia Christian Wigand señaló que habían recibido «una petición para una reunión» y que estaban «en contacto con ambas partes» mientras lo estudiaban. No quiso entrar a valorar, como es habitual en Bruselas, la posibilidad de que el Gobierno actúe de manera unilateral ante una falta de acuerdo: «No tenemos ningún comentario particular sobre las discusiones en España entre las partes o los anuncios», indicó.
De celebrarse un nuevo encuentro sería el cuarto desde que el Partido Popular solicitase a Bruselas su mediación para llegar a un acuerdo en la renovación del CGPJ. En enero, el por entonces comisario de Justicia Didier Reynders dio un plazo de dos meses a las partes para ponerse de acuerdo, pero ya han pasado casi seis y la situación sigue siendo la misma, por lo que Jourová no parece dispuesta a perder el tiempo.