Esto supone más de 10 puntos porcentuales por encima de la energía (20%), casi 15 puntos más que los servicios (14%) y casi 13 puntos adicionales al IPC general (17,9%). En cualquier caso, los expertos de CaixaBank Research, prevén que el valor de los alimentos siga su particular desescalada o «desinflación» aunque advierten que puede haber un repunte a partir de próximo 1 de enero de 2025 cuando cesen definitivamente las medidas de reducción del IVA en algunos alimentos (pan, harina, leche, quesos, legumbres, aceite de oliva…). A su juicio, otros riesgos son el incremento acumulado de los costes de producción los agricultores y ganaderos que puede poner algún tipo de límite a esta caída de los precios así como los fenómenos meteorológicos adversos. Todo con el viento de cola de unos precios del petróleo a la baja.
Todo lo anterior ha tenido una consecuencia directa sobre las economías de los familias españolas. En concreto, a partir de datos de la Encuesta de Presupuestos Familiares del INE, desde Caixabank Research señalan que el peso del gasto en alimentación y restauración sobre el consumo total de los hogares ha crecido del 23,4% en 2019 al 26% en 2024. En cambio, han retrocedido otros conceptos como el transporte, las comunicaciones, el de muebles y otros artículos del hogar, así como el de vestido y calzado, entre otros.
Solo en alimentación, el gasto medio por hogar escaló hasta 19,5% en términos nominales (a precios corrientes) entre 2019 y 2023. Lo que los autores del informe atribuyen exclusivamente al comportamiento de los precios, ya que en términos reales, el gasto medio por hogar cayó un 3,7%. Es decir, los hogares han consumido menos a nivel global pero han concentrado más su desembolso en la adquisición de alimentos. De igual modo, la composición del gasto en alimentación ha variado en los últimos 4 años ya que el realizado dentro del hogar se ha incrementado un 24,4% frente al 11,9% en restauración y comedores. En cualquier caso, en términos reales, ambas variables han perdido fuelle cayendo un 3,9% y un 3,4%, respectivamente.
El estudio de Caixabank Research también entra al detalle de los productos alimentarios consumidos dentro del hogar y señala que, en términos nominales, el gasto medio por hogar creció en la mayoría de los productos debido la inflación. Sin embargo, a precios constantes (en términos reales), el consumo se ha reducido en más de la mitad de los productos. Es decir, para los autores del informe, «no hay una relación directa entre el cambio en el gasto real y la inflación acumulada por producto». Incluso detectan una «baja elasticidad – preció del gasto en alimentación», ya que el alza en el valor de algunos artículos no merma especialmente su consumo. El informe cita los ejemplos de productos como los huevos, el azúcar y las pastas alimenticias, que estarían entre los 20 productos con un mayor incremento del gasto medio por hogar en términos reales entre 2019 y 2023: 18,9%, 17,9% y 12,5%, respectivamente.
Sin embargo, el precio de los tres artículos se habría encarecido de forma muy relevante: los huevos un 4,1%, el azúcar un 67,3% y las pastas alimenticias un 41%. En paralelo, el café y los platos preparados han visto aumentar su valor apenas un 19,5% y un 22,1% en los últimos 4 años, aunque el gasto medio por familia está entre los que más se han disparado: un 17,6% y un 16,2%, cada uno. De igual modo, los consumidores también han reducido la compra de bienes alimentarios cuyos precios se han visto impactados especialmente por la inflación como las frutas frescas y el aceite de oliva cuyos precios se dispararon entre 2019 y 2023 un 38,1% y un 99,6%, respectivamente. En paralelo, el gasto medio por hogar (a precios constantes) cayó un 11,6% y un 6,9%. También hay casos paradigmáticos como el de los frutos secos cuyos valor apenas repuntó un 6,1% en el periodo analizado, pero para el que los hogares desembolsaron un 14,3% menos. Otro caso similar es el pescado fresco o refrigerado, que solo subió un 22,3% pero en cuyos artículos las familias se gastaron un 8,9%