Con este plan, el banco busca reducir el consumo de plástico en el proceso de fabricación de los soportes físicos. Según detalla la entidad, siete años es, con la tecnología actual, el plazo estimado de funcionamiento de los componentes electrónicos de las tarjetas (chip y antena contactless) en perfectas condiciones. La idea final es aumentar la sostenibilidad del parque de tarjetas, que en el caso de CaixaBank es el más amplio en España.
Por otro lado, el banco ha puesto en marcha un plan para reforzar el reciclaje de las tarjetas caducadas. CaixaBank ha culminado la extensión a toda su red de oficinas de la tecnología y los procesos necesarios para asegurar la recepción y adecuado tratamiento de las tarjetas caducadas. Desde el año 2022 CaixaBank ha reciclado material correspondiente a más de 8 millones de tarjetas que han entregado los clientes a las oficinas.
Actualmente, la práctica totalidad de las nuevas tarjetas de CaixaBank se emiten usando plástico reciclado o con material biodegradable. Un total de 20,86 millones de tarjetas de CaixaBank fabricadas con materiales ecológicos ya están en circulación en España. Más allá de estas dos iniciativas, CaixaBank se ha fijado como objetivo estratégico potenciar el uso de las tarjetas digitales a través del pago móvil con el objetivo de reducir la fabricación de tarjetas físicas y, en consecuencia, tener un menor impacto ambiental. Actualmente, un 25% de las compras ya se realizan a través del pago móvil. La entidad tiene el reto de doblar esta cifra en los próximos 3 años.