En el Green Scenario, el calentamiento global puede limitarse a 1,9 grados, en línea con el objetivo de 2 grados del Acuerdo de París, aunque insuficiente para alcanzar el objetivo de 1,5 grados. Sin embargo, si el progreso en la transición energética no continúa a un ritmo elevado, el informe prevé un aumento de temperatura de alrededor de 2,4 grados, con consecuencias importantes para las personas y el planeta. “Nuestros escenarios muestran que aún es posible alcanzar el objetivo de 2 grados del Acuerdo de París, pero esto requiere un ritmo de reducción de emisiones significativamente más rápido que el actual. Las tensiones geopolíticas y los desafíos económicos y políticos afectan a la velocidad de la transición energética, por otro lado, la rápida reducción de costes de tecnologías maduras como la solar, la eólica y las baterías, permiten que la reducción global de emisiones de CO₂ siga siendo alcanzable. Vemos que los recortes de emisiones, especialmente en sectores industriales y transporte de larga distancia, están resultando más complicados y costosos de lo que se suponía,” afirma Bolkesjø.
El informe destaca que el papel de los Sistemas de Almacenamiento de Energía en Baterías (BESS, por sus siglas en inglés) se consolida como un habilitador crucial, competitivo en costes y flexible para la integración de las energías eólica y solar en el sistema eléctrico. No obstante, todos los escenarios muestran que, en el horizonte 2050, existirá una combinación de soluciones que aportan flexibilidad.
En el escenario más optimista, la energía solar será la tecnología dominante de generación eléctrica a nivel mundial para el año 2030, creciendo entre 8 y 16 veces desde 2023 hasta 2050. La eólica terrestre muestra un crecimiento constante en todos los escenarios, con una capacidad total que alcanzará entre 3 y 6 veces el nivel actual.
A medida que la energía eólica y solar se vuelven cada vez más centrales en el sistema, su naturaleza variable hace que las soluciones de flexibilidad sean esenciales. En 2024, la capacidad de las baterías creció más de un 50% en comparación con las instalaciones de 2023. Este crecimiento seguirá en los próximos años, impulsado por la reducción de costes, el aumento de la participación de las energías renovables, una mayor volatilidad de precios en los mercados eléctricos y la creciente necesidad de equilibrar la red.
En este sentido, en 2024, las inversiones en energía limpia e infraestructuras siguieron aumentando y fueron casi el doble que las inversiones en combustibles fósiles a nivel mundial, según la Agencia Internacional de la Energía (IEA, en sus siglas en inglés) y Ember. “Esperamos que la producción anual de energía limpia pronto supere la demanda energética global, lo que significa que las emisiones ‘máximas’ del sector eléctrico probablemente ya han quedado atrás,” afirma Grooss Viddal, analista principal y autora del informe.
La energía renovable no solo es crucial para alcanzar los objetivos climáticos, sino también para garantizar la seguridad energética y la competitividad en Europa. Los bajos costes y los cortos plazos de construcción hacen que la solar y la eólica sean las tecnologías limpias más importantes, y la electricidad renovable que sustituye al gas fósil en procesos industriales también permite aumentar la competitividad de la industria europea. La Unión Europea ya ha reducido sus emisiones en más de un tercio desde 1990, mientras que la economía ha crecido en dos tercios. “Esto demuestra que es perfectamente posible reducir emisiones y generar crecimiento económico,” concluye Bolkesjø.
Tendencias clave en todos los escenarios:
• La energía solar y eólica están destinadas a convertirse en las principales fuentes energéticas del mundo para 2035.
• La notable caída en los costes de las baterías permite una flexibilidad necesaria para desplegar más energía solar y eólica.
• El consumo eléctrico aumentará considerablemente, mientras que el consumo total de energía disminuirá al abandonar los combustibles fósiles.
• El gas seguirá formando parte del mix energético más tiempo del previsto, ya que el hidrógeno enfrenta desafíos de escalabilidad.
Este análisis hace referencia a los centros de datos como una nueva fuente de crecimiento en el consumo eléctrico. Según la IEA, la demanda eléctrica de los centros de datos podría alcanzar los 945 TWh en 2030, y en un escenario de alto crecimiento, superar los 1.700 TWh en 2035. Para mercados eléctricos maduros, como la Unión Europea, los centros de datos representan la primera fuente nueva de crecimiento acelerado en la demanda eléctrica en décadas, poniendo a prueba la resiliencia de las redes y sistemas energéticos.
En Europa, los mercados cercanos a centros tecnológicos o financieros han sido los de mayor crecimiento hasta ahora. Pero a medida que se acelera el desarrollo, muchos de los mercados tradicionales enfrentan escasez de acceso a energía y capacidad de red, lo que ha impulsado el crecimiento en nuevas regiones como los países nórdicos y la península ibérica.
