“Por supuesto que hay margen para que las entidades financieras y energéticas, que están presentando resultados milmillonarios estos días, realicen una mayor aportación fiscal a la que efectúan actualmente”, aseguró en declaraciones a RNE.
La vicepresidenta primera respondía de esa manera al ser preguntada por la amenaza lanzada el jueves por Repsol de desinvertir en España si se mantiene el impuesto a las empresas energéticas, tal y como recoge el acuerdo de gobierno entre PSOE y Sumar. “Yo lo que veo es justamente que cada vez son más los países que están poniendo este tipo de impuestos y, por tanto, la tendencia está muy clara. También veo que los inversores internacionales apuestan por España, que estamos atrayendo proyectos estratégicos importantísimos, precisamente porque España es un país que tiene paz social y un entorno favorable a la inversión y también porque tenemos precios de la energía más bajos que los países de nuestro entorno”.
En su opinión, los resultados milmillonarios que estamos conociendo estos días de los bancos, de las entidades energéticas, explican y ponen sobre la mesa que es necesario que contribuyan, “pues han de contribuir más quienes más tienen y en este momento quienes están teniendo unos beneficios tan extraordinarios”.
Calviño deslizó que la recaudación fiscal de estos dos impuestos extraordinarios está respondiendo a la previsión del Ministerio de Hacienda. “Es decir, que acertamos cuando pensamos que iba a haber unos beneficios extraordinarios y que era bueno que hubiera una mayor justicia en la financiación de la respuesta al impacto de la guerra”, subrayó. Fue la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, la que avanzó el miércoles que el impuesto extraordinario a la banca y las empresas energéticas recaudará este año 2.900 millones de euros.
Los empresarios responden a la vicepresidente
En el debate sobre la conveniencia de gravar los impuestos caídos del cielo de la banca también terció el consejero delegado de CaixaBank, Gortázar, al afirmar que “no se están produciendo” unos resultados “extraordinarios” en el sector bancario. “El impuesto extraordinario al sector es pegarse un tiro en el pie”.
Así lo aseguró en la presentación de resultados de la entidad bancaria entre enero y septiembre, periodo en el que obtuvo un beneficio neto de 3.659 millones de euros entre enero y septiembre de este año, lo que representó un incremento del 48,2% frente a los 2.469 millones del mismoo periodo del ejercicio anterior.
Por su parte, Huertas, presidente de Mapfre, también aprovechó la presentación de resultados del tercer trimestre para solicitar al futuro Gobierno practicar unas políticas “pro-empresa” en contraposición a la propuesta de PSOE y Sumar de reducir la jornada laboral hasta las 37,5 horas. “Lo que necesita España es recuperar la productividad. España está perdiendo productividad cada año y España lo que necesita es recuperar esa productividad, bien no reduciendo las horas, bien haciendo que las empresas se tecnifiquen, se digitalicen más y podamos acceder a mercados a productos y a distribuciones más abiertas. Todo lo que sea crear más espacios cerrados para las empresas, más regulación, no es adecuado”.
En contra de estas opiniones el segundo de Calviño. el secretario de Estado de Economía, García Andrés, ha asegurado, en respuesta al aviso de Repsol de que se plantea sus inversiones en España por la falta de estabilidad en el marco regulatorio y fiscal, que es sorprendente que con los buenos resultados que están obteniendo las compañías se planteen limitar sus inversiones en el país.
En declaraciones a Radio Intereconomía García Andrés destacó que «llama la atención que después de los resultados que hemos visto en estos días, haya empresas y líderes de empresas que todavía se refieran a la posibilidad de dejar de invertir en España por el gravamen». Es una clara alusión a la petrolera, que este jueves presentó sus cuentas correspondientes a los nueve primeros meses del año, con un beneficio un 14% inferior, de 2.785 millones, por la caída del crudo y el gas, y aprovechó para decir que el impuesto extraordinario del Gobierno «podría condicionar» su inversión en España. Y también al CEO de Repsol, Josu Jon Imaz, que insistió en esta idea en la rueda de prensa para presentar las cuentas.
El secretario de Estado estimó «muy positivo» que las empresas tengan un buen desempeño y aseguró que «sin duda hay muchas empresas españolas y extranjeras queriendo invertir en el país, donde las oportunidades en el ámbito de la transición energética son mucho mayores que en otros sitios». Así, afirmó que el Gobierno el mensaje que recibe «es que el interés de empresas españolas como extranjeras por invertir en España es muy alto».