En efecto, el 63% de los profesionales que cambian de trabajo esgrimen como una de las principales razones para haber cambiado de empleo la falta de «conexión» con el equipo directivo.
Según señala el informe ‘Principales tendencias globales de talento’, de ellos, el 68% afirmó que su salida se debió a «promesas vacías» por parte del equipo de dirección, ya que sienten que los líderes que no cumplen erosionan su confianza.
Según este estudio, las empresas que cuentan con un enfoque organizacional centrado en las personas o ‘people first’ tienen un 50% más de probabilidades de fidelizar al mejor talento, y además, multiplican por 2,6 veces las probabilidades de cumplir sus objetivos de negocio.
En el citado estudio, cuando se les preguntó cuáles son los rasgos comunes de un liderazgo deficiente o poco auténtico, los profesionales enumeraron la falta de transparencia en el 72% de los casos, por delante de los que dicen una cosa y hacen otra, es decir, inconsistencia (66%). Tras estas características, las más frecuentes son la no asunción de responsabilidades cuando hay errores (44%); ignorar el bienestar de los empleados y priorizar siempre a la empresa (30%); falta de confianza en los trabajadores (28%), y favoritismo o trato desigual a la plantilla (22%).