Esa es una de las proyecciones que figuran en el informe ‘¿Quién asume el coste? Cómo abordar las desigualdades derivadas del cambio climático y la acción climática’, elaborado por la Unesco y la Fundación “la Caixa”, y presentado este miércoles en el Palau Macaya (Barcelona). El informe indica que 3.600 millones de personas viven ahora en zonas muy vulnerables a los efectos climáticos y 2.500 millones podrían estar expuestas a un calor extremo en 2050, de las cuales 239 millones estarían en condiciones de extrema pobreza y con temperaturas superiores a 35 grados durante más de 12 semanas al año.
Los grupos de población vulnerables, como las mujeres, los pueblos indígenas, los niños y los trabajadores irregulares, corren un riesgo significativamente más alto, y se calcula que 1.400 millones de mujeres podrían verse directamente afectadas entre 2040 y 2060.
Además, unos 325 millones de trabajadores de los sectores manufacturero, minero y energético, incluyendo 108 millones de mujeres y 106 millones de personas mayores de 45 años, están en riesgo por la transición hacia un sistema de producción más limpia.
El informe indica que el patrimonio cultural se encuentra cada vez más amenazado, pues se prevé que 238 de los sitios declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco se enfrentarán a graves peligros relacionados con el cambio climático en las próximas décadas, pese a que ninguno de ellos está clasificado como en situación de peligro.
La investigación insta a aumentar la financiación climática anual a 1,3 billones de dólares de aquí a 2035, con especial atención a los países del sur del planeta y ampliar la protección social para ayudar a los grupos de población vulnerables durante la transición verde.
“A medida que la crisis climática se acelera, también debe acelerarse nuestro compromiso con los grupos de población más afectados. Para reconstruir la confianza pública en la acción climática, debemos comenzar por las personas, sobre todo las que se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad, ya que corremos el riesgo de acentuar las desigualdades que la propia emergencia climática pone de manifiesto», según Sergi Loughney, director general adjunto de Asuntos Corporativos de la Fundación ”la Caixa”.
Por otro lado, el informe muestra que los primeros efectos del cambio climático global afectan de una manera desproporcionada a países y comunidades que apenas han contribuido a la crisis, pero son extremadamente vulnerables a sus efectos.
Así, un 10% de los países más ricos son responsables de casi el 50% de las emisiones globales de gases que calientan el planeta, mientras que las naciones más vulnerables (como Chad, Sudán del Sur, Níger, República Centroafricana y Somalia) se enfrentan a complejas crisis de pobreza, falta de infraestructuras y estrés climático. “El cambio climático está provocando transformaciones profundas y a menudo imprevistas en las economías y sociedades de todo el mundo. A pesar de los considerables esfuerzos que se están realizando a escala mundial, el calentamiento global continúa acelerándose y, además, algunas políticas de mitigación están generando sinergias negativas complejas e imprevistas que requieren atención internacional urgentemente”, apuntó Rodolfo Lacy, autor principal del informe.