La entidad también ha anunciado su plan para completar la normalización de su balance, poniendo fin al ajuste cuantitativo, por lo que reiniciará las compras de activos a principios de marzo, «comenzando gradualmente para que su balance se estabilice y luego crezca modestamente, en línea con el crecimiento de la economía».
El BoC señala también que los recortes de tipos anteriores «han comenzado a impulsar la economía», y ahora espera «que continúe el reciente fortalecimiento tanto del consumo como de la actividad inmobiliaria». Sin embargo, apunta que «la inversión empresarial sigue siendo débil», mientras que «las perspectivas de exportación se ven respaldadas por la nueva capacidad de exportación de petróleo y gas».
«La reducción acumulada de la tasa de política desde junio pasado es sustancial. Los tipos de interés más bajos están impulsando el gasto de los hogares y, según las perspectivas publicadas hoy, se espera que la economía se fortalezca gradualmente y que la inflación se mantenga cerca del objetivo. Sin embargo, si se impusieran aranceles significativos y de base amplia, se pondría a prueba la resiliencia de la economía canadiense». Así, el banco cree que, «dejando de lado la amenaza de los aranceles estadounidenses, los riesgos al alza y a la baja en torno a las perspectivas están razonablemente equilibrados», aunque también asegura que «lo más probable es que un conflicto comercial prolongado conduzca a un PIB más débil y precios más altos en Canadá».
Tras un crecimiento del 1,3% en 2024, el Banco proyecta ahora que el PIB crecerá un 1,8% tanto en 2025 como en 2026, algo más que el crecimiento potencial. Como resultado, «el exceso de oferta en la economía se absorbe gradualmente a lo largo del horizonte de proyección».