Si no lo ha conseguido el próximo 26 de agosto, Cataluña volverá a las urnas el 13 de octubre. Y vistos los discursos de este miércoles, Illa tendrá que emplearse a fondo para conseguir esos apoyos.
ERC ha empezado por afearle la «cobardía» de no someterse a la investidura, como en su día hizo Aragonès pese a no contar todavía con los votos de Junts. Y el PP le ha reprochado el «cordón sanitario» impuesto por el PSC a los partidos constitucionalistas catalanes. Illa ha prometido «diálogo» y «esfuerzo» para conseguir los apoyos necesarios, para los que solo cuenta con Esquerra y los Comunes. Los de Ada Colau han sido el único grupo que ha abogado, junto a los socialistas, por la redicción del tripartito, pero lo ha hecho con condiciones.
Jové, líder de ERC en el Parlament, ha recordado a PSC y Junts que «suman de sobras» con los resultados del 12M. «Si no quieren sumar, tienen que explicar con quién quieren construir mayoría y qué les darán» ha apuntado Jové, quien ha advertido a ambos partidos que «no den por descontados los votos de ERC».
El republicano ha protagonizado el discurso más duro -con permiso de la líder de AC, Sílvia Orriols- acusando a sus dos posibles socios de «irresponsabilidad» y de «dar la espalda» a los catalanes por no haberse sometido al debate de investidura. «La responsabilidad de evitar» una repetición electoral es de socialistas y junteros, ha insistido.
El líder de Junts en el Parlament, Batet, ha insistido por su parte en la reedición de un gobierno independentista presidido por Carles Puigdemont como la única opción que apoyarán los diputados de Junts. Y se ha mofado de las negativas de Illa a esta opción recordando que también rechazaba la amnistía, y «hoy disfrutamos de los primeros resultados». Según Batet, el acuerdo de Bruselas alcanzado entre Junts y PSOE para la investidura de Sánchez fija el marco en el que se podría alcanzar también un acuerdo de investidura en Cataluña, con el PSC absteniéndose en favor de Puigdemont. Porque «lo mejor para Cataluña» ha advertido Batet mirando de reojo a ERC, «es un gobierno de estricta obediencia catalana».
Poco antes, el popular Alejandro Fernández se preguntaba «para qué sirve votar al PSC» si tras su «clara victoria» no fue capaz de hacerse con la presidencia del Parlament. «Para nada» se respondía él mismo. El PSC «les ha vuelto a engañar, prometió cerrar el procés, pero solo en campaña, al día siguiente siguen alimentando el procés como comprobamos el día 10 y no quieren saber nada de los constitucionalistas catalanes».
La líder de los comunes, Albiach, sí ha abogado por un gobierno tripartito liderado por el PSC, pero también ha advertido a Illa que su apoyo «no será un cheque en blanco». Para Albiach, «tenemos la obligación de estar a la altura» y llegar a un pacto «en medio de una desafección galopante». Pero también ha advertido a Illa de que «es usted quien aspira a ser president, por tanto es quien tiene la máxima responsabilidad».
Si Illa no puede dar por descontados los apoyos de los comunes, más difícil lo tendrá Puigdemont para sumar a la CUP a su bloque. Estrada, líder de los antisistema en el Parlament, ha advertido su objetivo es «la independencia para mejorar vida de la gente» y » ni PSC ni Junts están en esta línea». Estrada ha reprochado a los neoconvergentes que defiendan «un programa antisocial» y les ha advertido de que «si buscan formar Govern con el beneplácito del PSC» ese gobierno «no serviría para hacer una política independentista».