Por contra, los impuestos cedidos (Sucesiones y Donaciones, Patrimonio, Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados e impuestos del juego) cosecharon un 9% más en términos interanuales, mientras que las figuras gestionadas por la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT), IRPF, IVA e impuestos especiales (tabaco, alcohol, electricidad e hidrocarburos), recaudaron un 22%, un 19% y un 6% adicional, respectivamente. Ello pese a que los ingresos totales de la ATC aumentaron un 7,8%, hasta los 4.056 millones de euros, destacándose la mejora interanual en Sucesiones y Donaciones (+14%) y en Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados (+8%). Esta cifra total supone una ejecución del 88,2% sobre la previsión del presupuesto de 2024, prorrogado respecto al año precedente.
En conjunto, la Generalitat obtuvo 26.414 millones de euros en ingresos tributarios, un 17,4% más que en 2023. Este crecimiento se atribuye, fundamentalmente, a la liquidación de los tributos sujetos a anticipos, esto es, IRPF, IVA y los impuestos especiales.
El buen ritmo de la recaudación en Cataluña corre parejo al del Estado: el fisco consiguió casi 50.000 millones de euros en el décimo mes del año, un alza anual de casi el 10%. Y ello que los ejercicios de 2021, 2022 y 2023 ya fueron muy positivos debido a la escalada inflacionaria. Esta situación dorada para las arcas públicas contrasta con la baja recaudación de los gravámenes propios, que en algunos casos se derrumban en un solo año. En esta situación se encuentra el impuesto sobre activos no productivos, que grava bienes inmuebles, vehículos, embarcaciones, aeronaves, objetos artísticos y joyas en manos de personas jurídicas, y que tuvo un rendimiento un 39% inferior al del ejercicio anterior.
También los impuestos sobre el medio ambiente, que castiga el impacto ambiental de determinadas actividades económicas, y sobre las bebidas azucaradas envasadas cayeron un 10% y un 13%, respectivamente. Otros, como el de las emisiones del CO2 de los vehículos, no registraron ninguna variación respecto a 2023.
Tradicionalmente, la panoplia de impuestos propios ha generado muy poca caja en Cataluña, si bien dificulta la operativa de las empresas y ahuyenta las inversiones que podrían ubicarse en la comunidad, como ha alertado en varias ocasiones Foment del Treball.