La futura planta utilizará como materia prima los desechos del sector agrícola y aceites de cocina reciclados en dos unidades de pretratamiento. Su capacidad de producción alcanzará el medio millón de toneladas al año de combustible sostenible para la aviación (SAF) y de diésel renovable.
Aerolíneas, navieras y operadoras de transporte terrestre están a la espera de iniciativas que incrementen la disponibilidad de biocombustibles para alcanzar los hitos para la descarbonización marcados por la Unión Europea. A mayor producción se esperan costes menores, por lo que las asociaciones del transporte demandan incentivos a la inversión en planta. La ingeniería que preside Lladó, explican fuentes conocedoras del contrato con Cepsa, prevé destinar cerca de 200 ingenieros a este trabajo, en el que se incluye la gestión de compras y el apoyo a la gestión de los trabajos de construcción. El alcance económico del encargo se mantiene en secreto.
De Técnicas Reunidas dependerán la unidad de combustibles renovables, la de regeneración de aminas, la instalación gestora de las aguas ácidas, y todo lo que está relacionado con las interconexiones, el parque de tanques de almacenamiento o las instalaciones de carga y descarga de barcos y cisternas.
Personal de alta cualificación de Técnicas empleará más de 500.000 horas en el diseño y control de construcción de la instalación en La Rábida. La directora de Tecnología de la firma de ingeniería, Emilia Arias, ha calificado este contrato con Cepsa como “un refuerzo en la posición de la empresa en el ámbito de la economía circular”. Los servicios adjudicados “contribuirán a la definición de esta planta emblemática, con un alto contenido tecnológico”. La compañía incluye este pedido en su creciente cartera de contratos por servicios.
Desde Cepsa se valora la experiencia de Técnicas en grandes proyectos industriales. Su director de Tecnología, José Manuel Martínez, resalta el pedido “de la última tecnología disponible para producir diésel renovable y SAF de manera flexible para descarbonizar la aviación, el transporte marítimo y terrestre”.
Cepsa estima que el combustible sostenible desarrollado en su futura planta evitará la emisión de 1,5 millones de toneladas de CO2 anuales. Su uso puede reducir hasta en un 90% las emisiones de CO2 respecto a combustibles tradicionales.