Las exportaciones de chatarra de aluminio desde la UE alcanzaron un máximo histórico de 1,3 millones de toneladas, y la pérdida de estos recursos estratégicos beneficia principalmente a aquellos países que ofrecen condiciones comerciales y regulatorias más favorables para su adquisición.
Por ello, la Comisión Europea insta a promover un mercado único eficiente para la circulación interna de la chatarra, armonizando los sistemas de clasificación de residuos para lograr economías de escala en las instalaciones más avanzadas y productivas. Además, propone considerar medidas adicionales, tales como imponer tasas o derechos a la exportación, que eviten la salida indiscriminada de estas materias primas hacia países con estándares ambientales y laborales inferiores.
Aunque estas iniciativas suponen un paso positivo, lo cierto es que su puesta en marcha podría resultar tardía para la industria española, que ya registra un impacto negativo significativo. La fuga de chatarra está provocando una fuerte reducción en la cantidad reciclada dentro de Europa, especialmente debido a la disminución de la demanda interna causada por la desaceleración de la industria alemana y a los precios más elevados ofrecidos por terceros países. Dichos precios son impulsados, según destaca la propia Comisión, por subsidios gubernamentales y prácticas comerciales desleales.
Este contexto genera graves consecuencias con potencial para desencadenar efectos en cadena dentro del sector industrial europeo. Empresas líderes en reciclaje, como Befesa o Idalsa, ya han tenido que reducir significativamente la producción en sus plantas debido a las crecientes dificultades para acceder a esta materia prima clave.
Las exportaciones europeas de chatarra ferrosa también alcanzaron recientemente cifras récord, con 19,43 millones de toneladas en 2021, representando alrededor del 20% de toda la chatarra generada dentro del bloque comunitario.
En el documento titulado A European Steel and Metals Action Plan, elaborado por la Comisión Europea, se detallan diversas iniciativas orientadas a fortalecer la competitividad del sector del acero y metales en Europa. El reciclaje de metales es crucial, ya que permite un ahorro energético de hasta el 95% en el caso del aluminio y un 80% en el acero, comparado con su producción primaria, contribuyendo notablemente a la sostenibilidad y a los objetivos climáticos europeos.