La tasa referencial para créditos (LPR, siglas en inglés) a un año había registrado su última variación el pasado mes de junio, cuando el banco central la recortó desde el 3,65%.
Este indicador, establecido como referencia para los tipos de interés en 2019, sirve para fijar el precio de los nuevos créditos -generalmente, para empresas- y de los de interés variable que están pendientes de devolución. Su cálculo se lleva a cabo a partir de las contribuciones a los precios de una serie de bancos -incluyendo pequeños prestamistas que tienden a tener mayores costes de financiación y mayor exposición a créditos morosos-, y tiene por objetivo rebajar los costes del endeudamiento y apoyar a la «economía real».
Sin embargo, la LPR a cinco años o más -de referencia para préstamos hipotecarios- no registró cambios al permanecer en el 4,2%. La decisión hoy anunciada es menos agresiva de lo esperado por los analistas, que anticipaban una bajada de 15 puntos básicos tanto para la LPR a un año como para la LPR a cinco años. Tras un prometedor inicio de año, la recuperación pospandémica de la economía china da síntomas de haberse frenado, creciendo menos de lo esperado en el segundo trimestre (+6,3% interanual). La baja demanda nacional e internacional, riesgos de deflación y estímulos insuficientes, junto con una crisis inmobiliaria que no ha tocado fondo y una falta de confianza en el seno del sector privado son las principales causas que esgrimen los analistas para explicar los problemas de la segunda mayor economía mundial.