La orden del Ejecutivo también prohíbe a las compañías adquirir partes o repuestos para sus aeronaves procedentes de fabricantes estadounidenses, a los que accederían a un precio mayor al habitual debido a los aranceles en curso.
La decisión se produjo poco después de que China anunciara la subida de sus aranceles sobre los productos estadounidenses al 125% desde el 84% a partir del pasado sábado, 12 abril. Previamente, las autoridades norteamericanas habían elevado sus tasas hasta el 145%.
Mientras, el Gobierno chino, que ya ha adelantado que no volverá a elevar las tarifas, busca maneras de brindar algún tipo de asistencia a las compañías que alquilan aviones de Boeing, y que se enfrentan a costes más elevados. Los datos del Aviation Flights Group muestran que cerca de 10 aeronaves del modelo 737 Max de Boeing están ya listas para ser entregadas a varias aerolíneas chinas, entre las que se encuentran China Southern Airlines, Air China y Xiamen Airlines.
La exposición de Boeing al mercado chino viene en retroceso, ya que en 2018 destinó al gigante asiático un cuarto de su producción, mientras que en los últimos años no ha informado de pedidos de gran calado. Mientras, las estimaciones son alcistas para las aerolíneas chinas, ya que los expertos esperan que alcancen el 20% de la demanda mundial de aeronaves durante las próximas dos décadas.
Las acciones de Boeing han caído un 3,4% este martes en Wall Street, por lo que frenan su rebote de la últimas semana, en la que llegaron a revalorizarse cerca de un 15%, impulsadas por unas entregas de aviones mejores de lo esperado en el primer trimestre y por la pausa de 90 días sobre los aranceles anunciada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.