En concreto, se estima que un 30% del parque automovilístico español no pueda circular tras la puesta en marcha de estas ZBE debido a su edad.
Si hay una característica que define al parque móvil español es la antigüedad. Por debajo de la media europea y alcanzando dos cifras algo preocupantes, los vehículos españoles tienen ya una edad media de casi 14 años. Al cierre del pasado 2022, la cifra oficial era de 13,9 años. Para tomarla como referencia, la media europea ronda los 12 años según ACEA y a nuestro país le queda mucho para reducir la edad hasta los 9,8 años de media de Alemania o 9,4 años del Reino Unido.
El Círculo Neutral in Motion, que engloba a las principales asociaciones de automoción y vehículos de España (Aedive, AER, Anesdor, Anfac, Ascabus, Faconautom Feneval, Ganvam y Sernauto), ha querido volver a incidir en «la necesidad de rejuvenecimiento del parque automovilístico español, en concreto el de turismos y todoterrenos», ante esta edad media.
La obligación de que todos los municipios de más de 50.000 habitantes, además de los territorios insulares y los municipios de más de 20.000 habitantes que superen los valores límite de contaminantes regulados, implementen zonas de bajas emisiones va a afectar a un gran porcentaje del parque móvil debido a su elevada edad. Las medidas para reducir las emisiones derivadas del transporte, restringiendo el acceso, circulación y aparcamiento de algunos vehículos, en función de su distintivo ambiental de la DGT, podrían dejar fuera de estas ZBE a un 29,5 % de los turismos y todoterrenos del parque, estimas desde esta asociación, ya que no les correspondería etiqueta medioambiental de la DGT.
Algunas de las soluciones que plantea el sector del automóvil pasan por priorizar incentivos y soluciones que ayuden al ciudadano, ya que el poder adquisitivo es importante a la hora de implementar unas líneas de actuación u otras. Así pues, se piden ayudas directas a la compra de vehículos nuevos o de menos de 5 años, así como una reforma de la fiscalidad de la automoción con la posible sustitución del impuesto de matriculación por un nuevo impuesto al uso.
Otras exenciones fiscales propuestas son la tributación en el IRPF; la deducción del Impuesto de Sociedades o la deducción del IVA para empresas y autónomos para la adquisición de los vehículos de cero emisiones, entre otras.