El mundo sigue necesitando petróleo, como revela el crecimiento mundial de la demanda, que se encuentra en estos momentos en máximos históricos. No solo como combustible: la propia transición energética necesita petróleo crudo para avanzar. Si se paralizan las inversiones en petróleo, la economía mundial puede sufrir un duro golpe ante la escasez del recurso que aún hoy domina la generación de energía a nivel mundial.
La postura con la que la OPEP acude a la cumbre del clima es subrayada por su secretario general, el kuwaití Haitham Al Ghais, en un artículo publicado hoy en la web del grupo integrado por 13 ‘petroestados’. Estima que el sector petrolero del planeta requerirá de una inversión de 14 billones de dólares acumulados entre 2022 y 2045.
Hay multitud de razones por las que la OPEP no está de acuerdo con esta narrativa y para ello ha usado esta vez una batería de datos que intenta desmontar el discurso de los que abogan por acabar ya con el petróleo: «Me gustaría centrarme selo en uno esta vez: la química. Este punto puede demostrarse planteándose la pregunta: ¿de qué está hecha una turbina eólica? Si bien varía según la marca o el modelo, una turbina eólica está hecha de acero (aproximadamente entre el 66% y el 79% de la masa total de la turbina); fibra de vidrio, resina o plástico (11-15%); hierro o hierro fundido (5-17%); cobre (1%) y aluminio (0-2%)», comenta el miembro de la OPEP.