Un parón que también se manifestó en los datos de paro, que apenas se redujo en 1.357 personas, hasta los 2,4 millones, que aunque es la cifra más baja desde 2008, denota un estancamiento del mercado laboral pese a la eclosión del turismo y al empuje del crecimiento económico, del que presumió el presidente del Gobierno, Sánchez, en su balance del curso político. La tasa de desempleo apenas se redujo un insignificante -0,06% en relación a junio. Pese a ello, en términos interanuales el paro ha bajado en 145.631 personas (-5,71%), con la cifra de desempleados registrados más baja en un mes de julio desde hace 18 años.
Y es que la triste realidad es que seguimos siendo, el único país de la UE con el paro por encima del 10%. Además, esta bajada, deja el mes de julio de 2025 como el segundo peor en 10 años, tras el hundimiento de 2022. En concreto, la bajada del paro es muy inferior a la del mismo mes de 2024 (-10.830) o a la de 2023 (-10.968) y se trata de la caída menos acusada para un mes de julio desde 2002. Es más, el paro registrado solo ha bajado una sexta parte de lo que los hizo el año pasado.
Según apuntan desde el sindicato USO, es el colectivo de los que buscan su primer empleo el que «ha salvado los datos de julio», al acortar su desempleo en 3.315 personas, básicamente jóvenes sin experiencia previa, por lo que «la precarización del empleo veraniego se mantiene».
Por otra parte, desde distintas instancias e insiste en que el Ministerio no especifica los miles de trabajadores que han multiplicado sus empleos, marcando récord histórico, con más de 900.000 obligados a tener dos o más trabajos. En este caso, es el tercer peor julio en creación de empleo en 15 años, tras 2024 y 2022, mientras que los demandantes de puestos de trabajo aumentaron en julio en 96.295 personas (+2,30%), pese que es el peor julio desde 2010, hasta alcanzar los 4,28 millones.
Esta creación de empleo se debió casi exclusivamente al fuerte crecimiento de la afiliación en Sanidad –con 56.264 ocupados más– y el comercio (48.190 más), que han permitido compensar el abismo creado en el sector de Educación, con una pérdida de 123.699 empleados, lastrado por la enquistada temporalidad por el final de curso, y el sector agrario, que sigue sin levantar cabeza, tras perder otros 43.191 ocupados.
Respecto a la contratación, se empiezan a ver las costuras a la reforma laboral. El número de contratos creció un 6,17% respecto a junio, con un total de 1,59 millones, con un aumento mucho mayor de los temporales (+7,70%) que de los indefinidos (+3,80%). De igual modo, en términos interanuales, la contratación temporal aumentó un 4,99% mientras que la indefinida se incrementó un 3,56%. En total, se firmaron 1,59 millones de contratos, 609.964 contratos indefinidos, lo que supone 22.311 más que en junio, pero solo el 38% fueron a tiempo completo, frente un 36,11% fijos discontinuos y un 25,83% de indefinidos a tiempo parcial. Más preocupante aún es que 33.983 personas firmaron en julio más de un contrato indefinido, lo que supone el 6% de todos aquellos que firmaron algún contrato de dicha naturaleza. Según Randstad, desde inicios de 2022 ha ocurrido con 1,31 millones de personas. La contratación temporal, por su parte, registró un aumento intermensual de 69.999 contratos (+7,70%).
Además, aunque España está en cifras récord de empleo, este se está creando casi exclusivamente entre grandes empresas, con un crecimiento superior al 3,6% en compañías de más de 500 trabajadores, mientras que el empleo en las empresas más pequeñas se está destruyendo a un ritmo anual de casi el 1%, sobre todo en microempresas de uno a tres trabajadores.