Credit Suisse ha cerrado un año de pesadilla, pero todavía sigue inmerso en una crisis sin visos de que termine. Sus números fueron peores que las proyecciones de los analistas en el cuarto trimestre con una pérdida neta atribuible a los accionistas de 1.320 millones de francos suizos (1.337 millones de euros), que eleva los números rojos del conjunto de 2022 hasta los 7.300 millones, según ha informado este jueves la entidad.
Las acciones del grupo suizo caen más del 8% en la Bolsa de Zurich tras estas cuentas y su capitalización en bolsa se reduce hasta los 11.000 millones de francos. Credit Suisse anunció en octubre un plan para simplificar y transformar su negocio en un esfuerzo por volver a una rentabilidad. La entidad avanza también que tendrá problemas para volver a ganar dinero en 2023 pero que cuenta con el respaldo de sus nuevos accionistas árabes. El consejero delegado, Koerner, señalo que 2022 fue un «año crucial» para el desarrollo del nuevo plan estratégico y la redimensión de su negocio bancario. «Recaudamos con éxito 4.000 millones de capital, aceleramos nuestros ambiciosos objetivos de recortes de costes y estamos logrando un gran progreso en la reestructuración radical del área de inversión”.
La ampliación de capital en 2022 de Credit Suisse incluyó la venta del 9,9% de las acciones al Saudi National Bank, convirtiéndolo en el mayor accionista del banco. Qatar Investment Authority se convirtió en el segundo mayor accionista después de duplicar su participación a fines del año pasado.
A pesar de esto, las salidas netas de patrimonio alcanzaron los 110.500 millones de francos suizos en el cuarto trimestre (unos 111.000 millones d euros)- Solo la división de gestión patrimonial del banco registró salidas netas de activos por 95.700 millones en 2022, concentradas en gran medida en el cuarto trimestre. En un intento de recuperar la estabilidad del banco, Credit Suisse está desmantelando partes de su banca de inversión y reenfocándose en su negocio principal de gestión de altos patrimonios, después de años de escándalos y pérdidas que le han metido en crisis.
Los ingresos por negociación de renta fija en el trimestre se redujeron un 84% interanual, mientras que los ingresos por negociación de acciones cayeron un 96%, un comportamiento significativamente peor en ambas áreas que los europeos o compañeros de Wall Street. Por su parte mercado de capitales y asesoramiento los ingresos también cayeron un 59%, como resultado de una caída en negociación y un entorno de mercado incierto.
En gestión patrimonial, el banco registró una pérdida antes de impuestos de 199 millones de francos, peor de lo estimado. Los ingresos por comisiones e intereses se redujeron ambos un 17%, mientras que en el área de transacciones corporativas cayeron un 20%.
El jueves, el banco anunció la compra de M. Klein & Co. por 175 millones de dólares para reforzar el establecimiento de la nueva marca Credit Suisse First Boston, su vieja enseña de banca de inversión que ahora relanzará como unidad independiente. El banco ha dicho que ha recibido un compromiso de inyectar 500 millones en el negocio, segíun informa Bloomberg, y se está involucrando en negociaciones con otras firmas interesadas para proporcionar balance o patrimonio a la filial.