El primer ejecutivo de SNB, AmmarAl Khudairy explicaba hoy que la participación en Credit Suisse es “una inversión oportunista” y que, para que empiece a dar sus frutos, el banco tiene que demostrar que está cambiando de rumbo. El directivo apuntaba, en una entrevista con Reuters, que “están contentos con el plan de transformación presentado” y aseguró que considera que se trata de “un banco muy sólido”. Las declaraciones, lejos de calmar a los mercados, han provocado un mayor nerviosismo, que se ha extendido a todo el sector bancario. Credit Suisse, en proceso de reestructuración para salir de su crisis financiera, realizó el diciembre una ampliación de capital de 2.200 millones de francos suizos (2.220 millones de euros) para reforzar su solvencia. Se trataba de la segunda ampliación en dos semanas.
Sin embargo, esa llegada de dinero fresco, suscrito en parte por los saudíes, no ha terminado de calmar los nervios. En lo que va de año, las acciones del segundo mayor grupo bancario suizo se han desplomado casi un 40%.
No solo la acción va de mal en peor. Las coberturas para cubrir la quiebra de la entidad, conocidas por sus siglas en inglés (Credit Default Swap, CDS) han vuelto a marcar nuevos máximos, en 575 puntos. Los operadores de mercado exigen cada vez más dinero para brindar esos seguros, lo que indica el riesgo de quiebra ha aumentado.
Aunque los problemas de Credit Suisse son anteriores y muy distintos a los sufridos por el recién quebrado Silicon Valley Bank (SVB), en Estados Unidos, los inversores siguen muy nerviosos con todo lo relacionado con el sector bancario. Los problemas del gigante suizo podrían tener un potencial destructor mucho mayor que los de SVB, puesto que tiene un balance de 531.000 millones de francos suizos (531.000 millones de euors), más del doble que SVB. Además, tiene un negocio mucho más complejo, con divisiones de banca de inversión, banca corporativa, gestión de activos y banca privada.
La realidad es que tras las declaraciones los títulos de Credit Suisse se desploman y arrastran consigo a toda la banca europea. En España, por ejemplo, los principales bancos cotizados en el Ibex 35 registran caídas de entre el 5% y el 8% a estas horas. En el resto del Viejo Continente, destacadas firmas como Barclays caen entre un 3% y un 5%, mientras que un puñado de bancos entre los que se encuentran Société Générale o UniCredit han visto suspendida su cotización. Al otro lado del Atlántico, Wall Street registra caídas cercanas al 2%.
Por su parte, PwC, auditora de la compañía suiza, ha señalado en una declaración aparte que “la administración no diseñó ni mantuvo controles efectivos sobre la integridad y la clasificación y presentación de las partidas no monetarias en los estados consolidados de flujos de efectivo”. La auditora también incluyó en el informe presentado a Credit Suisse una opinión adversa sobre la eficacia de los controles internos del banco.
Nouriel Roubini, conocido por pronosticar la crisis financiera de 2008, ha indicado a ‘Bloomberg’ que la caída de Credit Suisse podría ser comparable a la de Lehmann Brothers. El pasado 13 de marzo, el conocido como ‘Doctor Muerte’ advirtió que la quiebra de Silicon Valley Bank corría el riesgo de “propagarse por todo el mundo” y que había “al menos una institución financiera en Europa que históricamente ha tenido problemas de infracapitalización”. “Esta institución financiera ha recibido varias inyecciones de capital y puede tener préstamos dudosos o pérdidas no realizadas en valores”.