Esta evolución se sustenta en la caída del precio del gas en Europa, el buen comportamiento de los mercados laborales o la mejora de la confianza económica.
A lo largo de 2024, se prevé que el crecimiento de la región se sitúe en el 1,2%, lo que supone una revisión a la baja de 0,9 puntos porcentuales debido a los efectos persistentes de la elevada inflación y al retraso de los efectos del endurecimiento monetario.
Además, esta revisión de crecimiento se produce en todas las grandes economías de la región. Así, en el caso de España, Crédito y Caución prevé que el crecimiento del PIB alcance el 2,3% en 2023, 1,5 puntos porcentuales por encima de las previsiones de diciembre.
Por otro lado, aunque el crecimiento de las exportaciones en la eurozona se está ralentizando, el sector turístico muestra buenos resultados. Asimismo, la caída de los precios de la energía también contribuye a un menor crecimiento de las importaciones, de modo que el comercio se prevé que contribuya positivamente al crecimiento del PIB. Por su parte, la inflación general siguió disminuyendo en los primeros meses de 2023, en un contexto de fuerte desaceleración de los precios de la energía.
No obstante, la inflación subyacente, excluidos los alimentos y la energía, sigue siendo relativamente elevada debido a los servicios. No en vano, Crédito y Caución vaticina una nueva subida de tipos en julio, tras la cual es probable que el Banco Central Europeo aplique una pausa prolongada en su ciclo de endurecimiento monetario.
A pesar del encarecimiento de los tipos y la desaceleración económica mundial, tanto en el sector manufacturero como en el de servicios se espera un aumento de las inversiones respecto a 2022.
En cuanto al consumo, el crecimiento esperado se limitará al 0,2%, debido a la elevada inflación y a las dificultades crediticias.
En cuanto al mercado laboral de la zona euro, este sigue resistiendo y de cara al cierre de 2023 cabe esperar una tasa media de desempleo del 6,6%. En este sentido, aparecen los primeros indicios de aceleración del crecimiento salarial, lo que combinado con el descenso de la inflación debería respaldar el poder adquisitivo de los consumidores en el segundo semestre de 2023 y en 2024.
De igual manera, el déficit público disminuyó en 2022 al 3,3%, frente al 4,3% de 2021, por lo que Crédito y Caución prevé una reducción hasta el 2,6% en 2023 y del 2,1% en 2024. Por su parte, debido a las continuas medidas de estímulo fiscal, la deuda pública de la eurozona sigue siendo elevada, y se calcula que representará cerca del 90% en 2023 y 2024.
A pesar de que los riesgos de sostenibilidad de la deuda a corto plazo son limitados, varios Estados miembros con una deuda pública elevada tienen un reducido margen fiscal a largo plazo.