El tráfico conjunto de los muelles que dependen de Puertos del Estado se redujo un 3,3% el año pasado, mientras que en el caso de los contenedores, la carga fundamental que mueve las mercancías internacionales, la caída fue más acentuada y llegó hasta el 4,5%.
El puerto de Barcelona fue el más afectado por el impacto negativo de la Guerra en Ucrania y el conflicto en Gaza en el comercio internacional, según revelan los datos anuales provisionales de Puertos del Estado. El recinto se situó muy por debajo de los 70 millones de toneladas de tráfico total del año anterior, con un recorte generalizado del 9,7%. Un porcentaje que casi triplica a la media del sistema portuario y es muy superior a los dos otros grandes referentes españoles. Algeciras, que mantiene su trono por tráfico total, y Valencia se mantuvieron ligeramente por debajo de la caída media, con un 2,1% y 2,7%, respectivamente.
Esta situación ha permitido a ambos puertos aumentar su distancia en contenedores, después de unos años en que Barcelona había acelerado en ese tráfico. El año pasado sus terminales movieron casi un 7% menos contenedores. Valencia, el puerto líder en España en esta carga, también redujo otro 5% su volumen, mientras que Algeciras consiguió capear mejor la caída, con apenas 34.000 contenedores menos en todo el año, lo que le sitúa muy cerca de Valencia.
La principal fortaleza del puerto andaluz gracias a su posición estratégica entre el Atlántico y el Mediterráneo es el tráfico de transbordo, en el que el contenedor se desembarca para volverse a cargar en otro barco sin salir del puerto. Precisamente la crisis del mar Rojo por los ataques de los hutíes a los mercantes y el desvío de las rutas de las grandes navieras bordeando África en lugar de por el Canal de Suez refuerza ese posicionamiento.
Los puertos de Valencia y Barcelona también esperan concentrar esa carga llegada de Asia, que al no pasar ahora por el Mediterráneo tendrá que redirigirse con el transbordo a barcos más pequeños a países como Francia, Italia o Grecia. Pero para ello se enfrentan también a dos importantes obstáculos.
Por un lado, la imparable concentración de tráfico de transbordo de Tánger Med, el puerto marroquí que arrebató el liderazgo mediterráneo a Valencia en contenedores y hoy mueve un 50% más de tráfico que el mayor puerto español. Por otro, el aumento de costes por la entrada en vigor de la tasa ambiental europea en los puertos europeos, que los encarece frente a los puertos extracomunitarios.
Frente a la ralentización de las mercancías, la recuperación del turismo también se ha dejado notar en los puertos españoles en forma de cruceristas. En 2023 se batió la cifra de pasajeros de estos buques con más de 12 millones, un 46% más que un año antes y cerca de 1,4 millones más de pasajeros que en 2019, el año anterior a la pandemia que paralizó esta actividad.
Barcelona, sin ninguna duda el primer puerto en este tráfico, también rompió su récord, con 3,56 millones de viajeros superando las cifras prepandemia. La ciudad condal se situó por delante de Baleares, Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife en este tráfico.