El 25 de noviembre se celebra el Día Internacional para Eliminar la Violencia contra la Mujer, un día que, desafortunadamente, todavía es necesario. Si las cifras de ataques físicos no dejan de subir, esto es solo la punta del iceberg. Pero también hay más acoso ‘del que no se ve’, como son “las amenazas de actos violentos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada”, en palabras de la propia ONU. Y aquí entran los ataques por vía cibernética, que son además cada vez más frecuentes.
El canal preferido por los acosadores digitales parecen ser las redes sociales: más de la mitad de los que han sufrido este problema en España (el 51%) ha sido por esta vía.
Y es que, según el I Observatorio de Ciberseguridad en Internet de Panda Security, hasta el 15% de los europeos afirma haber sufrido algún tipo de acoso online por su género o su identidad sexual, un 13,4% en España. Una cifra nada despreciable, que significa que probablemente conoceremos a una o varias personas afectadas en nuestro círculo. De hecho, el 40% de los entrevistados españoles afirma que se trata de algo bastante habitual en su entorno. “Hay muchos tipos de acoso: pueden ser insultos, difamación o amenazas con publicar información o fotos íntimas. En todos los casos la primera recomendación es siempre contarlo y denunciar al agresor por los canales pertinentes de la red, el medio o directamente a la policía si se trata de algo más grave o persistente”, aconseja Lambert Global Consumer Operations Manager de Panda Security.
Y sí, los encuestados están de acuerdo: nueve de cada diez afirma que denunciaría inmediatamente, aunque no conozca al acosador en cuestión. Y el 66% de los españoles asegura que bloquearía a la persona y lo reportaría a la aplicación donde ocurre.
Sin embargo, una cosa es decirlo y otra hacerlo cuando nos vemos implicados: solo el 20% de quienes han sufrido acoso digital lo ha denunciado. Y hay un porcentaje cercano al 40% que opina que lo mejor es no compartirlo y lidiar con ello personalmente. Y es que para muchos -el 20,7% de los españoles- el ciberacoso es algo tan habitual afirman no darle demasiada importancia y dejarlo pasar mientras no llegue a lo físico. El canal preferido por los acosadores digitales parecen ser las redes sociales: más de la mitad de los que han sufrido este problema en España (el 51%) ha sido por esta vía. Aunque el email, el whatsapp o los foros y blogs no se quedan atrás, todos ellos por encima del 20%.
Una cosa es decirlo y otra hacerlo cuando nos vemos implicados: solo el 20% de quienes han sufrido acoso digital lo ha denunciado. Y hay un porcentaje cercano al 40% que opina que lo mejor es no compartirlo y lidiar con ello personalmente.
El canal preferido por los acosadores digitales parecen ser las redes sociales: más de la mitad de los que han sufrido este problema en España (el 51%) ha sido por esta vía. Aunque el email, el whatsapp o los foros y blogs no se quedan atrás, todos ellos por encima del 20%.
Si nos paramos a leer los comentarios en las publicaciones de algunas personas famosas (casi todas, de hecho), que siempre están públicas, veremos que hay haters por todas partes que critican todo -a veces de manera muy gráfica y agresiva- Y, aunque evitarlo es complicado, siempre hay algunos consejos para evitar, al menos, sufrir por esta causa:
- Redes sociales siempre privadas y con invitación: Así, al menos, si alguien nos ataca sabremos quién es y podremos denunciarle con nombre y apellidos si llega el caso.
- Bloquear y alertar: Dar siempre al botón de denunciar ante el más mínimo detalle violento por parte de cualquiera. Quizá un bloqueo no signifique nada, pero los haters ‘por deporte’ pueden llegar a recibir su merecido si reciben muchas denuncias.
- Guardar capturas de las amenazas o ataques: Hoy día puede ser fácil borrar el rastro de algunos mensajes, pero si detectamos que estamos sufriendo acoso, lo mejor es guardar las pruebas.
- Nunca compartir fotos íntimas: En muchas ocasiones la amenaza del acosador es publicar fotos íntimas o comprometidas nuestras. La única forma de evitarlo es que esas fotos no existan.
- Vigilar, también, las redes de las amigas: Hay veces que el afectado no ‘quiere ver’ o no da importancia a ciertas actitudes, así que ayudemos a detectar y a denunciar.