En este contexto, Madrid, Barcelona, Valencia y Bilbao se han quedado sin citas previas en el Banco de España para adquirir deuda del Estado a corto plazo: no tienen huecos disponibles hasta el próximo año. De hecho, habría que esperar bien entrado enero para lograr una cita.
Y es que el Banco de España impuso en enero de este año cita previa en su servicio de cuentas directas para adquirir Letras de Tesoro ante el aluvión de demanda que se produjo y que se reflejaba en largas colas de los pequeños inversores ante las sucursales que tiene el organismo repartidas en diferentes provincias, incluso antes de que abrieran. Esto se debía a que los minoristas se volcaron en este tipo de vehículo ante la escasa remuneración de los depósitos.
Y este interés se ha mantenido, hasta tal punto, que los particulares se han convertido en los principales tenedores de deuda del Estado a corto plazo hasta septiembre, con más de 20.000 millones de euros en su poder, por delante, incluso de los inversores extranjeros, de bancos y aseguradoras. Precisamente este apetito es más voraz en ciudades como Madrid, Barcelona o Bilbao y Valencia. Así, para la capital de España, la primera cita previa para operar a través de cuentas operativas es el próximo 9 de enero de 2024 y sin que haya todos los huecos disponibles. Al igual que para Valencia.
Lo mismo ocurre para Barcelona, donde el número de huecos libres es todavía menor, puesto que el primer día disponible se alarga hasta el 24 de enero, mientras que los ciudadanos de Bilbao tendrán que esperar un día más, hasta el 25, para poder concertar su cita para comprar Letras del Tesoro, según la página web del Banco de España. Otras ciudades con baja disponibilidad son Zaragoza, que no tiene días libres hasta mediados de diciembre. No obstante, los inversores que vivan en Oviedo, Palma o Santa Cruz no tendrán tantos problemas, ya que tienen plazas disponibles a partir de la segunda semana de noviembre.
El parón en la subida de los tipos de interés del BCE, que dejó inalterado el precio del dinero en su última reunión celebrada el pasado octubre, ha permitido al Estado recortar la rentabilidad de su deuda a corto plazo. El tipo de interés marginal a un año se ha situado en el 3,603%, el nivel más bajo desde junio de este año y dos décimas menos que el 3,8% marcado en septiembre. Por su parte, el tipo marginal a seis meses también ha registrado una caída hasta el 3,747%, niveles de septiembre, cuando alcanzó el 3,8%.
Este descenso ha estado en consonancia con el experimentado por la deuda a más largo plazo. Así, si en septiembre el bono español marcó máximos al superar el 4%, ahora cotiza en torno al 3,678% y sigue a la baja. Sin embargo, la escasa remuneración de los depósitos a un año provenientes de los bancos españoles, que estén cubierto por el Fondo de Garantía de Depósitos nacional (que protege con hasta 100.000 euros por titular y cuenta), sigue alimentando el interés de los inversores particulares. No hay que olvidar que la rentabilidad de las imposiciones a plazo fijo en España se situó en septiembre en el 2,3%, 130 puntos básicos por debajo de la rentabilidad de las Letras del Tesoro. Asimismo, las mejores ofertas que superan el 3% o se sitúan en torno a este tipo, como es producto de Openbank, con un 3,07% o MyInvestor, que abona un 3% a seis y 12 meses, se quedan sitúan por debajo.