«Independientemente de las condiciones en las que se llegue a esa absorción, diríamos, a esa compra de Sabadell por parte de BBVA, el Gobierno tiene que hacer una valoración más allá de la valoración que hace cada una de estas instituciones por separado, cada uno en materia de sus competencias», ha explicado. «Posteriormente, BBVA entraría, si es que todos estos pasos se dan, a realizar la compra, a adquirir de manera mayoritaria ese 50,01% de Sabadell, y a partir de ahí, en el momento en el cual vayan hacia la fusión entre las dos entidades, la decisión para la autorización le corresponde al Gobierno, en concreto al Ministerio de Economía», ha señalado Cuerpo.
Así, además de recoger toda la información procedente de los análisis de CNMV y CNMC, el Gobierno valorará «el resto de dimensiones» sobre las que impacta la operación, como es la inclusión financiera o el impacto económico «particularmente relevante» en algunas regiones, pues la actividad del Sabadell está especialmente concentrada en Cataluña y parte de la Comunidad Valenciana.
«El Gobierno tiene una visión más amplia y en el marco de esa visión más amplia es en el cual hemos avanzado ya en nuestro diagnóstico. Yo ya avancé que el resultado de la valoración era un rechazo a la operación por parte del Gobierno», ha señalado el ministro. Cuerpo ha insistido en que al Ejecutivo le corresponde autorizar o denegar la fusión, pudiendo darse el caso de que ésta se vetara, pero no la adquisición de acciones del Sabadell por parte del BBVA, que seguirían operando como dos bancos distintos. Es decir, que el Gobierno no podría vetar que BBVA se hiciera con más de la mitad de la entidad catalana, pero sí que absorbiera al Sabadell.
El ministro ha subrayado que, para el Gobierno, lo fundamental es mantener la competencia efectiva en el mercado, al tiempo que ha defendido que el diagnóstico de la operación dentro del Ejecutivo es compartido.
Preguntado por si el Gobierno aprobaría la fusión si BBVA ofreciera alguna medida de «mitigación», como la de tener sucursales en zonas con población envejecida, Cuerpo no ha querido entrar en «anticipar ninguna derivada en el árbol de decisiones» y ha reiterado que su posición es «muy clara»: su rechazo a la operación por la «excesiva concentración» bancaria. «Vuelvo a recordar cuál es nuestra preocupación esencial y que no podemos ni debemos anticipar ningún tipo de petición o de resultado de ningún análisis. Nuestra preocupación ante la posible reducción de la competencia, que llevaría a efectos lesivos, rechazamos esa operación por lo que puede suponer en esos términos», ha insistido.