El aumento del gasto en Defensa a nivel europeo -para cumplir, entre otras cosas con el compromiso alcanzado con la OTAN de elevarlo hasta el 2% del PIB- debe hacerse de forma coordinada y con una visión de conjunto y estratégica para reforzar la «seguridad económica» de la región. Es el planteamiento que ha defendido este lunes el ministro de Economía, Comercio y Empresa, en plena amenaza de Estados Unidos a Europa con un aumento generalizado de los aranceles a sus productos hasta el 25%.
Durante su intervención en la XVII Conferencia Cesce 2025, titulada ‘Seguridad económica en un mundo en conflicto’, Cuerpo ha recordado que según estimaciones como la que ha hecho recientemente el Instituto Bruegel, los Veintisiete necesitarían elevar su desembolso en Defensa en unos 250.000 millones al año a lo largo de los próximos años.
El titular de Economía, que es partidario de crear un instrumento para la emisión mancomunada de deuda que ayude a financiar esta partida, ha incidido en que ese aumento no debería abordarse país a país, sino de forma conjunta e identificando las necesidades para contar con un adecuado «sistema de defensa paneuropeo». Se trata de avanzar en la «eficiencia del gasto a nivel continental», ha puntualizado.
En segundo lugar, Cuerpo ha recordado que hace falta desarrollar la industria de defensa en suelo europeo. En paralelo al esfuerzo común de financiación y de inversión, «tenemos que seguir reduciendo nuestras dependencias», ha aseverado, lo que será positivo para el crecimiento, la productividad y a nivel estratégico para la región. Para financiarlo, ha incidido en que Europa necesita desarrollar una red de seguridad financiera para proveer la defensa como bien público, pero también el resto de bienes públicos necesarios. Se trata de aprovechar la flexibilidad a nivel nacional que permiten las nuevas reglas fiscales, pero también impulsar una visión específica continental. «El desarrollo de esta red financiera de seguridad tiene que tener un componente europeo que incluya a sus instituciones, que incluya su presupuesto y que incluya también la posibilidad de crear instrumentos y herramientas que se doten de una financiación conjunta», ha zanjado.
Desde su punto de vista, el concepto de seguridad económica va más allá de la mera defensa para abordar también las interconexiones energéticas, el desarrollo de infraestructuras críticas o el desarrollo de capacidades digitales (en materia de capacidad computacional, soluciones de inteligencia artificial…) El objetivo debiera ser desarrollar una verdadera dimensión de seguridad económica en Europa.
Con las nuevas amenazas de aranceles de Trump sobre la mesa, Cuerpo ha recordado que la relación transatlántica entre la Unión Europea y Estados Unidos, tanto comercial como de inversión, es la más importante del mundo, con un intercambio entre ambas zonas de 4.400 millones de euros cada día. A nivel nacional, el comercio bilateral con la primera economía del mundo se ha más que duplicado en la última década.
El titular de Economía ha apostado por la prudencia y por mantener una actitud constructiva a priori, «sabiendo que medidas proteccionistas no benefician a nadie», pero dejando claro también que la Unión Europea no va a ser «ingenua» ante dichas amenazas. Así, ha recordado que los Veintisiete cuentan con las herramientas necesarias para responder de forma decidida, defendiendo «coordinadamente» los intereses de las empresas, las industrias y las familias.
En la apertura de la Conferencia, el presidente ejecutivo de Cesce, de Ramón-Laca, ha alertado de que el uso agresivo de la amenaza arancelaria por parte de la Administración estadounidense lleva a los estados a cuestionarse su estrategia comercial y puede provocar restricciones muy importantes en las cadenas de suministro global. «El mundo sigue estando internacionalizado de una forma que no tiene vuelta atrás, pero estamos asistiendo a un cambio en las alianzas estratégicas», ha advertido.