El rey ha sido el encargado de clausurar, como ya es tradición, el Encuentro Empresarial Iberoamericano que se ha celebrado en Santo Domingo antes del arranque de la XXVIII Cumbre Iberoamericana organizado por el Consejo de Empresarios Iberoamericanos (CEIB), la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) y el Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP) dominicana.
El monarca ha subrayado, haciéndose eco de la reciente declaración de los ministros iberoamericanos de Industria y Comercio, que «los entornos estables, predecibles y competitivos son fundamentales a la hora de atraer nuevas inversiones» a América Latina en el contexto actual de reorganización de las cadenas de valores y de recuperación tras la pandemia de COVID-19.
España es, junto con Estados Unidos, «el inversor de referencia» en América Latina, con una inversión diversificada en distintos sectores y «decidida vocación de permanencia», ha señalado ante un foro compuesto por empresarios de toda la región y también de españoles con intereses en América Latina y en el que también estaba el presidente de la CEOE, Garamendi. «Iberoamérica ofrece multitud de oportunidades, las empresas españolas lo saben y trabajan decididamente en ellas» como llevan haciendo desde hace tres décadas, y ahora «están dispuestas a seguir apoyando las economías de los diferentes países, siempre en marcos de estabilidad que permitan un correcto funcionamiento», ha subrayado el Rey, que no ha mencionado a ningún país ni situación en concreto.
Por otra parte, ha incidido en que a las consecuencias de la pandemia se han venido a sumar ahora las de la invasión rusa de Ucrania, lo que tiene como resultado un escenario internacional caracterizado «por crecientes tensiones geopolíticas, una elevada inflación y una mayor incertidumbre». En este contexto, encuentros como este de empresarios y la Cumbre Iberoamericana permiten abordar los desafíos y las preocupaciones compartidas y buscar «posibles recomendaciones que nos lleven a poner en marcha medidas conjuntas».
«A pesar de las posibles diferencias estructurales existentes entre los países de la región, unamos esfuerzos para fomentar una Iberoamérica más sostenible», ha defendido, incidiendo también en la importancia de un «sector privado fuerte y comprometido con los retos de país para alcanzar un crecimiento duradero y estable».
En el debate previo que han mantenido varios presidentes, unanimidad en resaltar las oportunidades que se abren para la región. América Latina tiene «muchos retos, pero también muchas oportunidades», ha dicho el presidente de República Dominicana, Abinader, que ha reivindicado que «es el momento de invertir en nuestra región».En la misma línea se han pronunciado el presidente de Portugal, Rebelo de Sousa, y el de Ecuador, Lasso, cuyo país acogerá e 2024 la Cumbre Iberoamericana. «Estamos ante un momento difícil pero también de oportunidades», ha sostenido el mandatario de Paraguay, Benítez, para quien es el momento de que América Latina se abra al mundo.
El XIV Encuentro Empresarial Iberoamericano se ha cerrado precisamente con un manifiesto de compromiso iberoamericano con la inversión en el que los empresarios apuestan por recuperar el atractivo de la región como destino de la inversión, tras un retroceso del 7% en los últimos diez años. Para ello, señalan en el texto, «debemos bregar por la libertad de empresa y la libertad económica» y «abogar por marcos normativos adecuados y estables, que faciliten de manera armónica las legítimas aspiraciones y anhelos de los distintos grupos de interés de nuestras sociedades, evitando ausencias o excesos».
El manifiesto está compuesto por un decálogo, que concluye con un mensaje claro: «Los empresarios no somos el problema, sino la solución» y «sin iniciativa privada no hay desarrollo».
Felipe VI también se ha referido en su intervención a la próxima Presidencia de turno de la UE, en la que América Latina será prioritaria. «Ambas regiones pueden y deben aumentar sus vínculos económicos, tanto comerciales como de inversión, para poder abordar los desafíos de una forma más eficaz y eficiente», ha subrayado. Al hilo de ello, ha reivindicado la importancia de los acuerdos comerciales de la UE con México, Chile y Mercosur, «fundamentales para ambas partes» y «un instrumento clave para mantener unas buenas relaciones económicas y comerciales buenamente beneficiosas».
Y se ha referido a la cumbre entre la UE y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que tendrá lugar en julio en Bruselas durante la que ha dicho que se presentará «una cartera de proyectos de inversión estratégicos para la región» con apoyo de la UE y los estados miembro así como de instituciones como el BERD, el BID, la CAF o el BCIE.
Termina su intervención animando a los empresarios iberoamericanos a seguir fortaleciendo sus vínculos y a aprovechar «todas las oportunidades que ofrece el espacio iberoamericano». «Es sin duda un gran proyecto que precisa una común visión estratégica y el mayor compromiso de todos», ha remachado.
El rey ha arrancado la jornada con un encuentro con el presidente de Uruguay, Lacalle Pou, al que ha seguido otro con el mandatario dominicano, Abinader, que ejerce de anfitrión en esta ocasión. Tras ello, se ha reunido con un grupo de representantes de los participantes en la Cumbre de Jóvenes Líderes Iberoamericanos.
Ha presidido, junto al presidente de Portugal, Rebelo de Sousa, y el de Uruguay el acto ‘Transición justa e inclusiva en la región. El Programa Iberoamericano de Discapacidad: Una apuesta firme para no dejar a nadie atrás’, organizado por este programa creado en 2018 en la cumbre celebrada en Guatemala. Tanto su presidente, Galarraga, director de la Agencia Nacional de Discapacidad de Argentina, como el vicepresidente de ONCE, Durán, han aprovechado para animar a los países que aún no forman parte del PID a que se sumen. La iniciativa la pusieron en marcha ocho países y ahora cuenta ya con doce miembros. En la actualidad en la región hay más de 85 millones de personas con discapacidad, el 15% de la población.
El acto ha sido la ocasión para que el Banco Mundial anunciara su incorporación a la Comisión Consultiva del PID. «Si queremos impulsar el crecimiento y mejorar el bienestar general, no podemos dejar a nadie atrás», ha defendido su vicepresidente para América Latina, Jaramillo. Según ha indicado, desde el Banco Mundial se brindará «asesoría técnica en tres áreas: la mejora en la recolección de datos para diseñar políticas focalizadas y efectivas, la educación inclusiva, y la accesibilidad».