El Banco Central Europeo debió haber reaccionado antes para contener las presiones inflacionistas, según ha reconocido el vicepresidente de la institución, de Guindos, quien admite el error cometido al considerar temporal el aumento de los precios y no descarta más subidas de los tipos de interés del euro más allá de marzo porque «la batalla contra la inflación aún no ha terminado».
«Los bancos centrales y muchas otras organizaciones creyeron durante mucho tiempo que el aumento de la inflación era temporal. Tengo que admitirlo: eso fue un error», señala Guindos en una entrevista con el periódico alemán ‘Süddeutsche Zeitung’. «Todos subestimamos la persistencia de la inflación». En este sentido, si bien el vicepresidente del BCE defiende que la institución ya decidió en diciembre de 2021 detener sus compras de activos netos relacionados con la pandemia y en julio de 2022 comenzó a subir tipos, admite que, con el beneficio de la retrospectiva, la entidad «debería haber comenzado a reaccionar incluso antes».
La tasa de inflación de la zona euro se moderó en enero al 8,5% desde el 9,2% de enero, tras lo que el Consejo de Gobierno del BCE decidió elevar en 50 puntos básicos los tipos de interés y anticipar otra probable subida de igual magnitud en su reunión de marzo. «Luego veremos qué haremos. No descartaría más subidas de tipos después de marzo. La batalla contra la inflación aún no ha terminado», sostiene el economista español. «No descartaría más subidas de tipos después de marzo», advierte, ya que la tasa de inflación subyacente de la zona euro se mantiene en máximos históricos.
En este sentido, para el vicepresidente del BCE, a pesar de algunos desarrollos favorables recientes para la evolución de los precios, «todavía deberíamos estar preocupados por la inflación» ya que la reapertura de la economía en China está generando una mayor demanda de energía, metales y materias primas, lo que puede generar más presiones de precios, mientras que los salarios también están aumentando.
«Debe evitarse una espiral de salarios y precios», aconseja Guindos, advirtiendo de que las partes implicadas en las negociaciones salariales en curso pueden estar recordando la alta inflación del año pasado cuando se espera que esta disminuya en el transcurso del año, con un 3,6% en el último trimestre de 2023. «Sin embargo, los sindicatos pueden inclinarse a pedir aumentos salariales excesivos. Tenemos que tener cuidado», añade, recordando que una espiral de precios y salarios podría forzar al BCE a subir los tipos más de lo que hubiera sido necesario. «En una espiral de salarios y precios nadie gana».
En este sentido, el exministro de Economía apuesta por que los gobiernos ofrezcan apoyo a los más afectados mediante la introducción de subsidios específicos para mitigar el impacto de la inflación, permitiendo así reducir las demandas salariales y que el BCE no tuviera que endurecer tanto su política monetaria. «Eso beneficiaría a todos».