«Yo creo que es una decisión adecuada», ha afirmado Guindos durante su intervención en un acto organizado por IESE y FTI Consulting, donde ha destacado, además, que la medida «tiene en consideración la situación buena, desde el punto de vista de rentabilidad, que está teniendo la banca española». En este sentido, el vicepresidente del BCE ha defendido que el colchón anticíclico es «un muy buen instrumento», ya que aprovecha los tiempos de bonanza y, posteriormente, permite abordar en mejor situación la llegada de tiempos más complicados cuando el ciclo empieza a declinar.
Este jueves, el Banco de España anunció del inicio de los trámites previos necesarios para establecer el colchón de capital anticíclico (CCA) de aplicación para las entidades de crédito en el 1%, aunque su establecimiento se realizará de manera gradual durante dos años. El coste para las entidades de crédito de forma agregada será de 7.500 millones de euros en capital. Esta cifra equivale a ese 1% de capital respecto a los datos de balance de finales de 2023. La cifra finalmente acabará variando según evolucione el balance de los bancos.
El Banco de España contempla establecer primero el nivel del CCA en el 0,5% a partir del cuarto trimestre de 2024, siendo de aplicación el 1 de octubre de 2025. Al año siguiente, el organismo examinará de nuevo el nivel de riesgos de la economía y si estos siguen siendo intermedios, se volverá a elevar el colchón de capital en otro medio punto porcentual, de forma que desde el 1 de octubre de 2026 quede fijado en el 1%.
Por otro lado, de Guindos ha insistido en que la posición del BCE sigue siendo favorable a la consolidación bancaria en Europa, pero con particular interés entre entidades de diferentes países miembros del Eurosistema. «Nosotros estamos a favor de la consolidación en Europa, pero siempre favorablemente o con una visión muy favorable a lo que son las consolidaciones entre transfronterizas, entre bancos de diferentes nacionalidades de origen», ha recordado.
En este sentido, el vicepresidente del BCE ha señalado, entre los posibles factores que frenan estos procesos, tanto a la menor valoración de las entidades europeas, muy inferior a la de bancos de otras jurisdicciones, además de a la falta de una unión bancaria e incluso una unión de mercado de capitales completa, lo que «no ayuda desde el punto de vista de la valoración y desde el punto de vista de la comprensión de lo que son los bancos europeos por parte de los inversores institucionales».
En cuanto a la evolución macroeconómica y la política monetaria, Guindos ha expresado la convicción del BCE de que el crecimiento económico continuará ganando impulso y peso en los próximos en los próximos trimestres. En el caso de la inflación, que ha mantenido un comportamiento muy positivo desde el otoño de 2022, hasta situarse en abril en el 2,4% y por debajo del 3% en el caso de la tasa subyacente, Guindos anticipa que en los próximos meses la inflación «va a fluctuar en torno a estos valores».
Sin embargo, el economista español confía en que a medio plazo, para el año 2025, la tasa de inflación irá convergiendo de una forma estable hacia el objetivo de estabilidad de precios del BCE del 2%, aunque ha advertido de que siempre existen riesgos y el riesgo fundamental que el BCE analiza actualmente «es la evolución de los salarios».