Y es que de un tiempo a esta parte el Gobierno se limita a decir lo que quiere, tenga que ver o no con la pregunta que él parlamentario de la oposición realiza a sus miembros. Así cada miércoles de control se convierte en una especié de diálogo de sordos o incluso de besugos que, nada o menos que nada, tiene que ver con la función parlamentaria para las que fueron concebidas por los padres de la Constitución.
Casos célebres ha habido muchos, sobre todo desde que Sánchez está en La Moncloa y se cree el rey del mambo o el autócrata mayor del reino creador de es sanchismo que atosigaba todo el que se atreve a toserle lo mas mínimo. Y como prueba mas reciente la de la sesión de control de este miércoles día del padre.
Así no es de extrañar que hayan sucedido cosas como que Sánchez, sus vicepresidentas y ministros hayan dado un recital de escapismo para acabar hablando solo del pacto presupuestario Mazón /Vox en la Comunidad Valenciana. Como además resulta que según el protocolo son los miembros del Gobierno los que tienen el último turno de intervención en cada pregunta, pues aquí paz y después glorria.
Empezó el presidente, que se negó a responder a la pregunta de Núñez Feijóo sobre si estaba al tanto de la reunión que el ministro Óscar López y el presidente de Telefónica mantuvieron en París con el presidente de Vivendi, para echar al presidente de Prisa y asi poder mangonear a su antojo Pues de eso nada de nada, de Mazon una buena retahíla de acusaciones de antidemócratas.
Después Abascal pregunto por el acuerdo con Junts. Sánchez salió por la tangente: : «Qué admiración procesa usted a los oligarcas que trabajan desde fuera para destruir Europa y contra los intereses de España».
Después probó suerte el diputado del PP Bendodo con la vicepresidenta Montero. Pero con idéntico resultado: «¿Me puede usted explica por qué el acuerdo de Valencia de cero menas es xenófobo y el de Junts de cero menas es progresista?». Al responder, Montero se puso el traje de líder del PSOE-A y sacó a relucir las presuntas irregularidades en el procedimiento de contratación del Servicio Andaluz de Salud que investiga un juzgado de Cádiz.
A la diputada del PP Muñoz se le ocurrió preguntar a Diaz si está de acuerdo con la postura de Sánchez sobre el gasto en Defensa. Díaz la ignoró y le restregó los «7.291 fallecidos por culpa de los protocolos de la vergüenza en Madrid» y «los 227 fallecidos de la DANA por culpa de su gestión». «Señor Feijóo, o deja caer a Mazón o el que va a caer va a ser usted», auguró Díaz.
Después lo intentó Álvarez de Toledo con el ministro Bolaños. Su pregunta era muy directa, a propósito de la causa abierta en el Tribunal Supremo contra el fiscal general del Estado: «¿Ha cambiado usted de teléfono?». El ministro respondió con otras preguntas: «¿Recibió usted algún sobre de dinero corrupto cuando trabajaba en la Secretaría General del PP, señora Álvarez de Toledo?», «¿tiene usted dinero fuera de España?», «¿se da cuenta como todos sabemos jugar a las insinuaciones?».
En definitiva da lo mismo lo que se les pregunte, Ni control ni respuesta, ni nada de nada, simples dialogo de besugos, eso si arropados por la presidencia de la Cámara que deja hacer al sanchismo lo que le venga en gana.