Todo parte de la imposición de Puigdemont a Sánchez: la amnistía personal y total del delincuente mas peligroso al que se ha enfrentado el socialista, hoy presidente del Gobierno de España. Y ante esas exigencias es probable que el segundo tendría que haber estudiado con un buen equipo de letrados la situación de la ley y el nivel y grado del delito. Y a partir de ése momento negociar lo que se pudiese negociar y negar lo que ni fuese posible acordar.
Pero Sánchez esta acostumbrado a mentir como un bellaco y cerra los acuerdos antes de saber si puede cumplirlos, y eso es así porque hasta hoy no se había encontrado con un negociador mucho mas listo que él y que además no tiene nada que perder y si mucho que ganar.
No hay que ser un Lince para darse cuenta de que Puigdemont , una vez que decidió meterse en el maletero de un vehículo para huir de España había asumido la perdida de su condición de ciudadano y asumido la de prófugo con todo perdido,
En esas condiciones las mentiras del jede de Gobierno no tienen efecto sobre su persona y si sobre las de don Pedro, puesto que siempre estará en inferioridad de condiciones ante el delincuente que ya sabe que tiene que llevarle al límite para lograr sus objetivos que superan ampliamente el limite legal asumible. El que quiera negociar con él tendrá que pasar el límite de lo legal y aunque Sánchez está dispuesto a ello, su condición de jefe del Ejecutivo y la manipulación de las leyes que exige la otra parte resultan mas que complicadas de lograr.
Pues en esas nos andamos y la Justicia se lo está poniendo difícil a ambos. Porque en esto de la amnistía no hay que olvidar que es un tema que afecta a ambas partes y ambas lo necesitan para lograr sus objetivos políticos. Es decir, estamos ante una de esas derivas del poder en el que nadie sabe donde estará el final e incluso si existirá un final.