Esta categoría en particular se destacó como la razón principal de dichos informes, mostrando un incremento significativo del 109% en comparación con el año 2021. Este fenómeno se atribuye a la combinación de la creciente digitalización de las transacciones y la aparición de tecnologías con propósitos maliciosos, lo que abre nuevas oportunidades para la perpetración de fraudes.
Esto se debe al incremento en la complejidad de las estrategias en las transacciones de pagos digitales. Las tácticas fraudulentas se han adaptado para aprovechar las vulnerabilidades en los pagos electrónicos, utilizando métodos cada vez más elaborados. Desde la ingeniería social y el phishing (una forma de estafa en la que los ciberdelincuentes se hacen pasar por una persona o empresa de confianza para engañar a las víctimas y obtener información personal o financiera) hasta la creación de sitios web y aplicaciones falsas que imitan a las originales, la creatividad en los fraudes no conoce límites.
«Es crucial que las entidades financieras se mantengan en alerta y adopten medidas proactivas para resguardarse ante estas amenazas en constante evolución. La sofisticación de las estafas en las transacciones de pagos digitales es notoria. Los estafadores ajustan sus tácticas para aprovechar las vulnerabilidades en las operaciones electrónicas, empleando métodos cada vez más avanzados”. A pesar de ello, según Giannattasio, VP de EMEA en Veritran, empresa especializada en soluciones digitales para la industria financiera, “existen sistemas tecnológicos para fortalecer la ciberseguridad que se pueden implementar para reducir al mínimo posible estos riesgos».
Veritran sobresale en el ámbito de las soluciones de seguridad al resaltar la eficacia de la biometría 3D en el contexto de la banca digital. Esta tecnología, utilizando características físicas y patrones de comportamiento para confirmar su autenticidad, ofrece diversas aplicaciones, como el alta en canales digitales, confirmación de pagos y la recuperación de contraseñas, entre otras. A diferencia de la biometría 2D, la 3D se recomienda especialmente para las instituciones financieras debido a su mayor seguridad y capacidad para validar la identidad y realizar pruebas de vida rápidas. Además, la combinación de soluciones, como la biometría con el soft-token, que utiliza una OTP o contraseña de un solo uso, refuerza la protección del usuario.
En un contexto donde no hay garantía total contra el crimen cibernético, estas medidas se vuelven esenciales para asegurar la privacidad y la economía de los usuarios.