De esta manera, la deuda estadounidense se adelanta a las proyecciones oficiales, ya que las previsiones de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) de enero de 2020 apuntaban a 2030 como fecha para llegar a los 37 billones, aunque la irrupción de la pandemia de coronavirus disparó el gasto público y obligó a revisar todas las estimaciones. De cara al futuro, las previsiones siguen siendo alcistas, especialmente después de la aprobación de la reforma fiscal de Donald Trump, que incluye un aumento de 4 billones de dólares en el techo de la deuda estadounidense, recortes de impuestos y una reducción de gasto social.
De hecho, el Comité no partidista para un Presupuesto Federal Responsable estima que la legislación aumentará la deuda nacional estadounidense en más de 3,3 billones de dólares durante la próxima década, incrementando la deuda del gobierno federal en manos del público de alrededor del 98% del PIB a un récord del 125%.