«Este año, el pueblo de Madrid está dolido y echa de menos a sus Fuerzas Armadas», ha expresado, antes de hacer un alegato a su favor que ha pronunciado con «La muerte no es el final» al piano y al violín de fondo y con imágenes de las Fuerzas Armadas en la pantalla gigante que coronaba el escenario, entre vítores y aplausos de los presentes.
«Los madrileños quieren y admiran a su Ejército. Siempre con ellos, en los malos y en los buenos momentos. Un cuerpo de élite, querido y admirado en todo el mundo. Hombres y mujeres que dan su vida por la nuestra, sin importar momento o circunstancia», ha lanzado, haciendo las delicias de un público entregado, que se ha puesto en pie para ovacionar a la presidenta.
Por eso, «los madrileños se echan masivamente a las calles para verlo desfilar, sin fallarle nunca». «Somos la capital de este Reino. Sabemos que esta ausencia no la quiere nadie», ha añadido, para culminar con un desafío a la prohibición de Sánchez: «Madrid, unida y alegre, volverá a celebrar a sus héroes con su Ejército, que está siempre donde debe, a la altura de esta Nación centenaria que amamos y en la que, juntos, ponemos todas nuestras esperanzas».