Así se ha expresado en un acto promovido por Movimiento Sumar y apoyado también por IU centrado en defender la reducción de la jornada laboral, sin merma salarial, que el Gobierno ha plasmado en un proyecto de ley aprobado por el Consejo de Ministros el pasado 6 de mayo. Este evento coincide con la llegada del proyecto de ley al Congreso, donde de momento no tiene los apoyos atados para prosperar.
Para Díaz, la reducción de la jornada laboral «no es una variable económica más», sino «un motor de esperanza en el conjunto del país y del mundo. Así, se ha preguntado «por qué razón emplean tanto empeño en oponerse a la reducción de la jornada si ya en nuestro país la media se sitúa en 38,2 horas».
«¿Por qué razón, si hay miles y miles de convenios colectivos también en Andalucía, señor Moreno Bonilla, que están por debajo de las 40 horas y que ya tienen 37 horas y media la semana? ¿Por qué se oponen tanto si los empleados y empleadas públicas ya tienen esta reducción?», ha proseguido Díaz, para concluir que «se oponen tanto porque saben que es un mensaje de esperanza para la mayoría social de este país».
La dirigente ha remarcado frente a los detractores de esta medida que «ya nos decían que había que practicar la devaluación salarial», o que «de las crisis se salían despidiendo a la gente, despidos masivos». También «nos decían, en su modelo, que había que precarizar el trabajo, que no había trabajo para repartir» y ha señalado que «ya nos dijo Báñez (ministra de Trabajo del PP) que había que elegir entre tener un contrato basura o el desempleo».
«Les dijimos que no era verdad», ha apuntado Díaz, para señalar en este último punto que «aunque queda muchísimo por hacer, hoy nuestro país está por debajo de la media de temporalidad europea». Así, ha defendido que «la siguiente parada es la jornada laboral», esa jornada «que trae causa a todas las movilizaciones sociales desde el siglo XIX, que fue la que concitó la primera manifestación de los trabajadores el 1 de mayo en Madrid».
Díaz ha defendido que el Gobierno de España, pese a que ha discutido «internamente», ha cumplido «su palabra», por lo que «ahora le toca a las formaciones políticas en el Congreso» sacar adelante esta norma. En este sentido, ha llamado a la movilización a los «sindicatos de clase andaluces» y a los trabajadores de la comunidad, en defensa de la reducción de la jornada laboral, «a decir a Moreno Bonilla qué va a votar».
Una medida, ha apuntado también, «profundamente feminista», ya que «le decimos a las más de 300.000 trabajadoras a tiempo parcial andaluzas y a 2,5 millones de trabajadoras a tiempo parcial en el conjunto del país que también van a tener derechos», punto en el que ha apuntado que «corregimos de manera feminista el impacto de género que tiene el tiempo parcial en nuestro país», ya que esas trabajadoras «también van a ver subido su salario en el conjunto de nuestro país», y ha remarcado que «muchos contratos a tiempo parcial se convierten directamente en indefinidos» con esta medida.
Yolanda Díaz ha añadido que se va a dar «un cambio radical al control horario para que en tiempo real se acabe esto de entrar en la fábrica, firmar en blanco el número de horas que uno hace y que todo se cumpla». Así, «de manera interoperable, de manera digital, la Inspección de Trabajo va a poder saber en tiempo real cuál es la jornada que está desarrollando cualquier trabajador o trabajadora en el conjunto de nuestro país», ha apuntado.
En este contexto, ha sostenido que a su llegada al Ministerio de Trabajo, «en España se hacían seis millones de horas extraordinarias a la semana, irregulares, sin retribuir», mientras que «después de un trabajo ingente de la Inspección de Trabajo, hoy se hacen dos millones y medio». «Es curioso que la derecha nunca hable del coste fiscal de la reducción de estas horas extras, pues en vuestra tierra se realizan a la semana 293.000 horas extras sin retribuir», ha expresado, para instar a Moreno a «ponerse las pilas y luchar para garantizar que se acaben con las irregularidades en Andalucía, y que la gente trabajadora pueda vivir».