El dólar, considerado uno de los principales activos refugio a nivel mundial, debería haber atraído capital en este entorno de gran incertidumbre económica en el que cada vez son más los expertos que indican que la guerra comercial podría terminar acarreando una recesión a nivel global. Sin embargo, el hecho de que Estados Unidos se haya colocado a sí misma en el ojo del huracán ha provocado que los inversores busquen refugio fuera de los activos norteamericanos mientras se aclara el panorama, llevando sus posiciones al oro y a la renta fija europea. Esto lleva al euro a cambiarse por 1,13 dólares y a subir casi un 10% en lo que va de año. E irá a más en el corto, medio y largo plazo, según descuenta el mercado.
El impulso que mantuvo el euro frente al dólar estadounidense en las últimas semanas llevará el cruce entre ambas divisas hasta los 1,18 dólares para el año próximo. Los expertos ya recogen que el dólar mantendrá su debilidad en un contexto de volatilidad y en el que el inversor no acude al billete verde como activo refugio, en contra de lo que ocurrió en casos anteriores. El daño que puede hacer la guerra comercial a la divisa estadounidense espanta a los inversores y eso da al euro mayor peso como referencia para el mercado. En el cruce actual de los 1,135 dólares, la moneda de la eurozona se sitúa en máximos no vistos desde el primer trimestre de 2022. Contando abril, es el cuarto mes consecutivo al alza de la divisa que controla el BCE y que muestra una tendencia alcista antes y después del shock que produjo el cruce de aranceles que arrancó hace menos de quince días.
Ahora, el mercado descuenta que el precio de referencia para el final del 2025 será de 1,15 dólares por cada euro. Es decir, aún subirá más de un 1% de media en los próximos ocho meses. Del mismo modo, las expectativas que recoge Bloomberg señalan que el euro podrá irse hasta los 1,18 dólares el año que viene, mientras que para 2028 el cruce medio sería de 1,21 dólares por cada euro (un alza adicional del 6,5%), según los contratos negociados a futuro para dicho año. Cabe la pena recordar que el euro arrancó el año en los 1,02 dólares y eso despertó el temor a alcanzar la temida paridad entre ambas divisas. Esto evidencia lo rápido que escaló la moneda de la eurozona en el mercado de divisas ante los primeros envites arancelarios del presidente de la Casa Blanca. Además, a primeros del 2025, el mercado consideraba que el Banco Central Europeo mantendría un ritmo de recortes de tipos de interés más agresivo que la Reserva Federal de Estados Unidos. En la práctica, ha sido así hasta la fecha. Con lo que no contaba la mayoría del mercado era con que los esfuerzos de Donald Trump por debilitar al dólar llevarían al billete verde a ceder más de un 6% en 2025 frente a una cesta diversificada de divisas que incluye al euro, la libra esterlina, el yen japonés o el franco suizo. Y es que el dólar se debilita contra todas las anteriores en lo que va de año.
La fortaleza del euro también se extiende a otras referencias para el mercado. El dólar sube un 1,5% frente al franco suizo en el año y se mantiene por la mínima sobre el yen japonés desde que arrancó el 2025. Esto también da mayor flexibilidad al Banco Central Europeo para realizar otro ajuste de tipos a la baja esta semana, como da por descontado el mercado para la reunión de este jueves, según Bloomberg, donde se espera un nuevo recorte de 25 puntos básicos.
A las caídas que ya acumulan los principales activos de inversión en Estados Unidos, se suma, para el inversor europeo, la depreciación del dólar en las últimas dos semanas, cercana al 3,5%, que resta automáticamente de la rentabilidad obtenida (o suma a las pérdidas). Por eso, muchos fondos o incluso algunos grandes inversores minoristas se cubren de este riesgo adicional asociado a la divisa a través de coberturas, como son los contratos de futuro, por los cuales se acuerda un precio determinado para el tipo de cambio en un periodo concreto.
Normalmente, cuando el euro está alto frente al dólar, estos contratos tienden a disminuir o cerrarse ya que el riesgo de que la divisa comunitaria siga ascendiendo es relativamente bajo. Por el contrario, cuanto más se acerca el cambio a la paridad, más inversores se protegen del rebote a través de estos derivados. Pues bien, pese a la fuerte revalorización del euro de los últimos días, estos contratos están en ascenso y ya se acercan a los 600.000 contratos netos positivos, los máximos niveles del año.